Cada vez que oyen "nuevas tecnologías" aparecen los cretinos de la pancarta.
Las llamadas nuevas tecnologías, que ya empiezan a no ser tan nuevas, son algo de lo que prefiero abstenerme. No se confundan amigos y amigas: La primera vez que en mi casa entró la señorita Internet con sus primos los virus y sus padres, el señor Di-gi-tal y la señora burbuja tecnológica, aquello fue una verdadera fiesta que parecía que no iba a tener fin, se lo pueden imaginar: Chats, foros, messenger, autopistas de la información, panfletos neonazis, pornografía de todo tipo cuanto más chusca, exótica y perturbadora mejor... lo normal. ¿Qué les voy a decir?
El caso es que después de poco menos de un año, todo aquel huracán de píxeles, tontunas e inquietudes mal entendidas se fue como vino y, aunque no estén de acuerdo esos superdotados informáticos de provincias o la gente verdaderamente experta en el tema, ¡EL TEMA!, esa gente que se va a merendar pastas, o cookies, con los ministros y a jugar con sus ordenadores portátiles etc. en fin, decía que todo este marasmo se me reveló como lo que es: Una escalera; a ratos una escalera de vecinas cotillas, a ratos la de un gallinero, pero siempre llena de mierda hasta los topes, con la mitad de los peldaños rotos y que en la mayoría de los casos te lleva al sótano en lugar de al ático.
Por supuesto que hay muchas joyas y sobre todo muchas perlas, yo no sé quién será el que las tira por ahí, pero la sensación, el sentido y la sensibilidad, que sólo se engaña y se despista con droga dura o diez años de meditación Zen, apunta a que por muchos I-pads. dospuntoceros, redes sociales, ruletas rusas y poker en la espesura del bit que les enseñen con tan poca picardía, en realidad les están vendiendo desde hace demasiados años puro ruido, espectáculo de barraca y placebos digitales para la soledad, los complejos y la miseria.
Yo no tengo nada en contra del ruido, ni la furia, ni las campañas de marketing que muchos de Vds. repiten como el padrenuestro, ¡faltaría más! Lo que ciertamente me molesta es la desfachatez con la que regularmente los medios, los públicos y los privados, o validos, se empeñan en venderme la moto de la novedad y hasta de la "revolución"; por no hablar de cómo cada medio importante ya tiene uno o dos gurús que hilan las mayores finuras y los más sabrosas reflexiones sobre estupendos videojuegos, botijos Usb y cacharritos divinos como panes, como Peter "panes" para ser precisos.
Como si la pasión por los objetos brillantes, los penachos de plumas de pavo real o el intercambio sexual a cambio de dinero se hubiera inventado en los años 90 en Silicon Valley, y la penúltima patochada, por fin fuera ya esa tan esperada que nos va a hacer inmortales, simpáticos, inteligentes y nos vamos a poder pasar los días de puente en Marte, de picnic con toda la familia y el chucho ciber-positrónico; y en su lugar no es más que el enésimo reciclaje en plástico de ideas, usos y costumbres conocidos desde la invención de la escritura, y posiblemente antes, aunque sea imposible saberlo porque la wikipedia en español no dice nada al respecto.
Aquí tienen la verdadera imagen de la "guerra" entre Mac y PC.
¿Qué son, por ejemplo, las "redes sociales", que lo que tienen de redes les falta en lo social, sino tener a la portera cotilla, pero las 24 horas y en su propia casa?, ¿el pesadito que antes le llamaba constantemente y que ahora le enseña media docena de fotos cada día y le invita constantemente a hacer soberbios test sobre su poeta favorito de la generación del 27 o su personaje de Mortal Kombat?, ¿El admirador secreto, señoritas, que antes les mandaba una sentida carta de amor, algún ramito de flores, un regalo modesto, y hoy se entretiene enviándoles fotos de su miembro, buscando dónde vive, dónde trabaja y si tienen novio e invitándolas a chatear ligeritas de ropa? Ahora díganme que no, que me lo estoy inventando todo alegremente.
Con esos presupuestos, tan reducidos, llevo yo una larga temporada, y encima si últimamente hablo de poco a muy poco con mis amigos (tan poco que a veces creo que pueden no ser de carne y hueso, sino de esos "invisibles"), comprenderán con mucha facilidad y con una rapidez pasmosa de la que pueden congratularse que eso de "hacer amigos", en el mejor de los casos, no ya el "hablar con desconocidos" tan vulgares como yo, se me antoje perder el tiempo, aún más y aún peor.
El bueno de Camus, decía que el hombre moderno sería recordado por fornicar y leer la prensa. Si hubiera sabido que el "hombre "aún" más moderno" se pasaría los días masturbándose mental y físicamente delante de una pantalla en la que enseña sus estupendas fotos en la verbena del fin de semana y aplaude y se "lol-ea" de gusto con el video de sus primos dándole una paliza al vecino retrasado, posiblemente se hubiera dedicado al encaje de bolillos y no hubiera escrito ni "El extranjero", ni "El hombre rebelde", ni la madre que parió a todos los "internautas". ¿Para qué?, ¿Para quién? ¡Para su puta madre! Algo así, más o menos.
Pero yo también caigo, vaya que si caigo, y teniendo un ojo medio infectado por la basura del I-pad desde hace semanas, el otro que me llora constantemente con la que están montando la banda del bombo y los sibaritas del platillo con productos, esperen que se lo pongo en negrita, productos como Chatroulette o a Omegle, he decidido probar yo también, ¡qué carajo! las virtudes humanas de esos fármacos para ver si me hacen mejor persona, o en su defecto más moderno o más gilipollas, que todo es uno y lo mismo en estos barrios tan liberales transitados por gente de tanta cultura y licenciada en informática.
Aquí Sasha y Svetlana probando "lo de la ruleta" en las calles de Moscú.
Así que me fui a pasar unas horas (con programa y todo ya me dirán si eso no es planificación) a Chatroulette, a ver la decoración de las casas ajenas y las caras de los simpáticos internautas.
¿Qué me dirán que es lo primero que vi? No lo van a adivinar; ¡Un señor tocándose el miembro y los miembrillos con una pasión que ni los mejores exhibicionistas de antaño, aquellos de gabardina y patio de colegio!
En internet son cosas que pasan, cosas muy raras y excepcionales, pero cosas que pueden pasarle a cualquiera, por lo que no me asusté demasiado; Además sin ir más lejos yo también tengo de eso, no es especialmente excepcional sin llegar al extremo de que L'essentiel est invisible pour les yeux, pero es "mi rosa" y la tengo mucho cariño, por lo tanto no me voy a asustar demasiado viendo los usos que algunos dan a las suyas. Mucho peores son las colecciones de peluches, los cuadros de bodegones y los belenes que las gentes, las buenas gentes, tienen montados en sus casas, que parecen el tren del terror de las ferias de Murcia.
¡Un saludo a cataluña y al fan de Gasol!
Inmediatamente después hablo un rato, es un decir porque aún no he sacado la cámara ni el micrófono del armario en el que está mi copia de Windows Me, con un chico catalán que es la alegría de la huerta.
Como le digo que soy americano, me intenta meter una tabarra horrible sobre Pau Gasol y los Lakers a lo que básicamente le contesto que yo soy más de "Pressing catch" y de "Train fights", que si no está inventado ya lo inventarán, que pensaba que Gasol era de Tijuana, y llegado al punto del hartazgo ante tanto patriotismo digital y tanta tontuna, después de cinco minutos de tedio peludo, le mando a la mierda. Desde aquí me disculpo por mi mala educación, le deseo lo mejor, y le vuelvo a mandar a la mierda.
Acto seguido aparece otro señor estimulándose con calma, un chico alemán con un gorro vikingo, un señor haciendo molinetes con sus atributos, un grupo de asiáticos que se diría que viven en el barracón de algún hospital psiquiátrico de la guerra de Corea, un chico frotándose sin disimulo, otro señor pasando el rato entreteniéndose con lo que tiene más a mano en ese momento, un niñato blanco lleno de granos disfrazado de rapero de gueto angoleño con un poster de "Twilight" enorme en la pared, un buen hombre con los dedos llenos de ángeles y sexos no tocados y hasta un chico haciéndose una paja. ¡Joder con la ruletita de los cojones, nunca mejor dicho!
La página no tiene desperdicio... ¡Qué miedo!
Contemplar las aficiones de uno, dos, tres, cuatro, supongo que alguno de Vds. no se cansará del show, cinco, seis etc. pase... pero yo personalmente después de una docena larga de visiones onanistas tan furibundas como gratuitas, sentí el deseo de hacer algo al respecto, y no piensen mal porque se van a llevar un chasco:
Algo que mayormente sirviera para hacerles recordar a los amigos del "cinco contra el calvo", Five made one in the Lightman's tower que dirían los anglófonos, que hay otros sitios para darse esas "alegrías de informático" que con tanta maña se administraban, pero sobre todo la insoportable levedad del ser y la condición que tenemos los usuarios del falo, que no es otra que estar constantemente en la obligación de prestarlo pero ¡ay! en peligro constante de perderlo, y no lo digo yo sólo, que ya lo dijo Lacan.
Así que en un bellísimo ejemplo de arte povera decidí pasear la webcam y las tijeritas, en una potente composición que nada tiene que envidiar a un memento mori moderno pero orientado, y reducido, a las prácticas onanistas dospuntocero, con la digna intención de que la hitchcockniana imagen, perturbara aunque fuera por unos momentos el relajo moral tan poco fotogénico que esos caballeros compartían con el mundo, sin la complicidad ni el beneplácito de éste.
Por supuesto que el fino concepto de dicha composición cayó en saco roto, y la indiferencia sólo se adornó con algún gesto del desprecio y el desden más corrosivo.
Mi primera prueba fue un fracaso.. pero sus padres tampoco lo hicieron mucho mejor.
Estaba claro que para una audiencia tan sofisticada, tan multicultural y tan formada como educada, tendría que recurrir a los grandes clásicos para conseguir que mi mensaje saltara de lo particular a lo universal y estuviera a la altura de sus refinados gustos.
¿Qué hay más clásico que el famoso diseño greco-romano del priapico pene? Nada, no lo busquen porque no lo hay. Así que probé mejor fortuna con ese mismo inmortal diseño, modificándolo convenientemente para el mensaje a trasmitir, es decir: Con la mitad perteneciente al prepucio, al pucio y al postpucio siendo cruelmente cortada por las metálicas tijeras. ¡Hasta con efectos en 3-D ya me dirán que no le pongo ganas a mis poiesis domésticas!
Por supuesto que, ni con la claridad tan meridiana ni con el valor artístico de la obra, muchos sintieron la brutalidad conceptual en sus carnes, quizá porque éstas estaban concentradas en otros asuntos, quizá por su desinterés por el arte moderno: Siguieron pelándosela como micos.
Vds. no tienen la culpa y por lo tanto camuflo los miembros con frutas y verduras.
Pero esos fueron casos raros; lo común resultó ser que a la mayoría sí que les llegó el mensaje, y algunos al contemplar mi pequeña pieza, a caballo entre la performance Dadá y cine expresionista alemán, dejaron escapar unos gestos muy gráficos de desasosiego íntimo, que delataban su repentina angustia al comprender la teoría freudiana del complejo de castración de golpe y porrazo, a las bravas:
Por supuesto siempre existen otras personas, mucho más duras de corazón y de cabeza, que intentan disimular su inicial impresión con un gesto de desprecio, mientras que otras simplemente se tapan con disimulo lo que antes enseñaban con tanta soltura, quién sabe si arrepentidos por su impropia conducta o porque sus hijos acaban de entrar en casa:
Los más sensibles, y con carita de espabilados, con la hormona en posición de stand by y los genitales en sus braguetas correspondientes, reaccionaban con estupor y sorpresa ante las furiosas embestidas de la castradora tijera y su alargada sombra simbólica
Haga click si así lo desea
Muchas fueron las expresiones que bien podrían traducirse como "¡Dios mío, qué mal está el mundo!", "Si no me aburriera tanto iba yo a estar en esta mierda de Chatroulette lleno de tarados" o "Ya está el parado amancebado haciéndose el graciosillo, pedazo de gilipollas"; vean algunas estampas ilustrativas:
Hagan click para ampliar el shock.
Al señor (francés) le sentó aquello muy mal, el chico del flequillo estaba flipando.
La señorita creía haber visto un fantasma, el caballero no daba crédito a sus ojos.
Pero tengo que decir que el 90% de usuarios no onanistas (al menos no en esos momentos), captaron al vuelo el mensaje del asunto y demostraron abiertamente su apoyo ante estas iniciativas artísticas tan vanguardistas, respondiendo con otro bello gesto tan clásico como el de mantener el dedo pulgar hacia arriba, alguno hasta con pulgares elevados por partida doble. ¡Un triunfo!
La señorita daba saltitos de emoción, el caballero más bien muy pocos.
La cara del mocoso es especialmente divertida, no me digan que no.
No sólo quiero resaltar el apoyo, o "apollo", tan cálido y tan humano recibido; también me congratulo de las decenas de sonrisas producidas, que al final del día es lo que cuenta y lo que vale, como decía Jack el destripador. Veamos una bonita selección:
Hagan click para ampliar los preciosa sonrisa de la señorita.
La señorita pelirroja estaba pensando en hacer algo parecido.
El caballero y la señorita se tronchaban de la risa.
Hagan click para ampliar la alegría de vivir de estos simpáticos jóvenes.
Sano entretenimiento multi-cultural para todos.
En ese internet-café se montó una juerga a lo tonto y un buen hombre se durmió de buen humor.
No hay nada mejor que el encuentro entre un pene y unas tijeras para repartir alegría.
El chaval de la gorra se me ha repetido. Vds. sabrán disimular el error.
¡viva la vida y los que hacen click para ampliar!
P.S:
En inclasificables tengo que enseñarles, me carcome lo reconozco, dos de los casos de mi aventura de pobre en el país de las nuevas tecnologías, a saber:
1)- Este joven tan amigable, que no sé si me da más miedo por la caras que puso o por el cuchillo con el que pasaba el rato...
2- Esta simpática dama, que no sólo no estaba de acuerdo con el mensaje de mi performance, sino que me enseñó las tetas con una simpatía y un desparpajo digno de las mejores playas mediterráneas. ¡Muchas gracias señorita internauta!
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