Bla Bla Bla Goodbye Bla Bla Bla

lunes, 27 de octubre de 2008

Regreso al pasado




Ya saben cómo funciona esta "egoesfera", uno empieza alimentando y repitiendo(se) sus manías y perversiones de una manera más o menos anónima pero siempre se termina, tarde o temprano, por meter la estampita de la intimidad y la indiscrección propia entre las entradas apasionadas sobre el ganchillo turco-chipriota, la percusión congoleña o el cine expresionista amazónico. Cada uno lo suyo.

Disculpen que no tenga ni la fuerza ni las ganas para no caer en la mediocridad general y yo también aporte mi granito de arena en este desfile de vanidades. ¡No iba a ser más que nadíe, que coño!.

Les apuntaba ayer que la semana pasada la había pasado lejos de la tecla y la pantalla y mentiría si les dijera que no ha habido un par de momentos en los que me sentido tentado de subirme por las paredes. ¿El motivo? Una buena intención y una mala maniobra con el resultado del microprocesador yendose al carajo; cojonudo ya lo sé, mejor dejémoslo correr y no entremos en detalles.

Una semana sin ordenador cuando se es parado y se está amancebado amén de no tener novia y de prácticar en los últimos tiempos una intensa vida de ermitaño e intentar evitar la vida social (real y virtual) como Gilles de Rais en sus años mozos son muchos días, son muchas horas y son muchas noches; sobretodo habiendome habituado a que mis comics, lecturas, películas, vagabundeos, aficiones y pasatiempos pasen cada vez más a través de este medio.


Así que he releido en papel, "El libro de los piratas" de Howard Pyle (vean una muestra aquí) con sus fantásticas ilustraciones, "La penultima verdad" de Philip K.Dick (un genio), "Hollywood" y "La senda del perdedor" de Bukowski, "Viaje al fin de la noche" de Celine, le he pegado un repaso a las biografías de los exploradores polares Scott, Amundsen, Shackleton y Charcot (los tres últimos son tres de las personas que más admiro), las desperdigadas obras de Alvarez Rabo (que amenaza con cerrar su blog), media colección del "Creepy" de Toutain (tengo la colección completa menos 10 o 12 números) y los 24 primeros números del genial culebrón "The walking dead" publicados por Image.

Perdonen que les escriba esta lista, tan a lo Ramoncín, aunque el hecho de volver al papel se me antoja algo exótico, cosa que no debiera ser así, pero quería ilustrarles sobre la variedad (y la cantidad) que se acumula en mi "celda" amancebada.

De hecho la "baticueva" está lleno de cosas, rebosa de trastos y recuerdos como para nutrir durante siglos el ensimismamiento y el amancebamiento con el que ultimamente cohabito; eso sin contar tantas cosas que se han perdido por los caminos a veces por desidia a veces por necesidad, como la colección que tuve hace siglos de más de 200 números, entre la serie regular, los especiales y los extras, del Dylan dog de Sclavi editados por Bonelli. que vaya VD a saber dónde habrán terminado.
No, por favor no se confundan, aún no llego al grado de poder llamarme Hikikomori y desde luego, a pesar de tener cierta tendencia al "papeleo" no sufro de Síndrome de Diógenes.


Lo que si es cierto es que entre hoja, cacharro y hoja también he decidido hacer una de esas limpiezas a fondo como cuando uno se muda a un sitio nuevo o, más tristemente por norma, se marcha fuera de un sitio; de hecho, trapo para arriba, trapo para abajo una sensación de melancolía llorona se me ha pegado varias veces, sobretodo cuando un feliz mundo de pelusas (posiblemente alienigenas) parecía que lloraban y gritaban de dolor bajo los productos de limpieza.
Dejenme justificarme, tampoco soy una persona especialmente marrana, de hecho creo que soy bastante ordenado y pulcro, pero entre idas y venidas, entradas y salidas les estoy hablando de roña, alquitrán y papeles acumulados como mínimo durante más de 20 años.

Les estoy hablando de "Papeles" en grado sumo: desde las notas de 2 de EGB ("ha mejorado mucho ultimamente, es cariñoso, servicial y noble" ¡qué humillación sea lo que sea lo que signifique!) aparecidas en una carpeta con todo el curriculo escolar y el graduado escolar que no sé de dónde ha salido, hasta el rutinario poema de amor que uno desearía borrar de su pasado no por ser poema, sino por ridículo, pedante y por mal escrito amén de por ser la destinataria quien era. De cada cajón sale un fantasma.



Esto si que es roña y lo demás tonterias, como me gusta quejarse de vicio...

Como en todas limpiezas generales, uno termina por descubrir objetos perdidos, fetiches, objetos cargados de memoria y mil atrapabobos que hacen que ésta termine por durar días en lugar de horas o bien remover recuerdos y melancolias que a veces uno no quiere tocar.

Por si acaso evité convenientemente husmear en una enorme caja llena de fotografías que tengo en el altillo de la repisa limitandome solamente a quitar los tres centímetros de polvo que la cubría como quién evita catar el estofado si se está de visita en una tribu de canibales.



Pero de una esquina ha aparecido una de las fotos a las que más cariño tengo, no es la primera que se me hizo pero si que es la primera en la que me reconozco y la primera de la que me acuerdo del momento retratado.
De hecho, esta foto llevaba años en rondando el disco duro (como cientos de otros documentos que parecen musgo cibernetico en lugar de archivos) y fue una de las pocas que en su día digitalicé cuando me prestaron un scanner, años ha, y estaba convencido de que por error había terminado perdida o en la basura.
Aquí la pueden contemplar en todo su explendor:



Esta fotografía me la hizo mi vecino mientras jugaba solo solito al lado de mi casa (no, no sé quien es el fantasmal espontaneo que sale a mi lado, seria otro "amancebadin" del barrio), tendría 5 o 6 años y no recuerdo tampoco qué narices hacía vestido de vaquero porque ni era carnaval, ni era halloween ni tenía demasíada afición por los juegos de indios o vaqueros porque a mi lo que me gustaba era "espiderman" y "V" y Mortadelo y filemón y los tebeos de terror (Rufus, vampus, creepy) que de vez me compraban.
La verdad es que a ese niño que terminaría por ser yo, de poder hacerlo no sé si lo abrazaría por todas las miserias y sinsabores que le esperan en grano y en fino o directamente romperle el pescuezo para que no sufriera. Dejemoslo mejor correr...

En fin, también ha aparecido en otra esquina otra gracia, de la misma época año más año menos, que es una redacción escolar ilustrada por el menda.




Con su reverso, la redacción propiamente dicha.




"Mortadelo y Filemón tenian que llevar un sobre de gran importancia a la embajada. De pronto los atacaron los ajentes de la a.b.u.e.l.a en un callejón luchamos y aparecio Anacleto. Tiraban bombas, balas, granadas! bueno de todo. la lucha fue sin cuartel. ban, tacatacataca, pon, nos atacaban y al final les bencimos"

De ese niño, entre otras muchas cosas y cuitas, recuerdo que tenía una gran curiosidad por el funcionamiento de las cosas y los objetos, lo cual no es negativo en sí pero si partimos de una familia disfuncional que no encamina ni educa esas pasiones nos encontramos generalmente con un problema o con una potencialidad perdida. Ya lo ven, yo que podría estar ahora en la NASA y aquí me tienen parado y amancebado.

Pues bien, esta curiosidad, les decía, llevaba al canijo, más temprano que más tarde, a decidirse por analizar el objeto de la curiosidad, destornillador y martillo en mano, logicamente abriendolo y rompiendolo en el proceso de apertura o bien rompiendolo en el proceso de montaje.

Cayó el Cine Exin unas navidades y no duró dos días, era algo tan mágico, tan fascinante que tenía que conocer su secreto; el problema viene primero cuando se cargaba a las bravas una pieza que parecía-que-no-pero-era-fundamental rompiendo el aparato; segundo cuando el resultado del experimento era del todo insatisfactorio (una mierda de pelicula transparente, una bombilla y una lente señores!!!!) y tercero cuando se terminaban por enterar en su casa de lo que había hecho con el juguete recien comprado y además caro.

Recuerdo perfectamente, siendo bastante pequeño, la desilusión que me llevé con un estupendo televisor de juguete con luz y sonido que me regalaron por el que un grupo de animalillos pasaban tan contentos dandose la caminata. Ese televisor iba a cuerda y venía a durar unos cinco minutos hasta que se apagaba, cumpliendo la función para la que estaba pensado: dormir al zagal.

Desde entonces nunca he tenido demasiado cariño por las leyes de la optica y sus estafas (otros las llaman ilusiones...) porque aquel objeto mágico una vez abierto no era más que plástico, una cinta de papel con los animalitos dibujados que giraba, otra placa de plástico de esas reticuladas que dependiendo de la posición dejaban ver una parte u otra de la ilustración produciendo el efecto de animación, una bombilla y el mecanismo de una caja de música...
En eso se quedan los sueños, en cintas de papel coloreadas, en puro plastico y en eso me quedé, como el cuento de "la gallina de los huevos de oro", es decir, me quedé sin gallina y me quede sin el oro.

Sin duda de haber podido conseguir ese deseado barco pirata de playmobil que nunca llegué a tener habría terminado por hundirlo intentando conocer qué narices era lo que hacía que flotase.
Siempre matando para conocer, ya ven que pronto se empieza.
De cualquier manera, dejenme finiquitar el asunto con otra exclusiva ya que estamos con intimidades:
Tengo la intuición de que una mano femenina podría resultarme muy beneficiosa para estos menesteres, y no hablo de la limpieza domestica, no sean cafres ni cafras por favor, sino a la hora de sacudirme estas pasadas melancolías.



P.S:

Entre los cajones, cajas y cojones han aparecido las placas de zinc y unas copias de una colección de grabados sobre Pinocho que hice hace mil años en las clases de grabado de una universidad a la que pude asistir como oyente. Disculpen la calidad pero a falta de pan y scanner buenas son fotos y ostias, dicen...




Che nome gli mettero? Lo voglio chiamar Pinocchio.




Il pesce cane



Pinocchio impiccato alla quercia


P.S:

Con Fallout 3 a punto de caer en nuestras manos no me resisto a recomendarles el video homenaje-retrospectiva que los chicos de Gametrailers han hecho sobre esta espectacular saga postapocaliptica, milenarista y "mileurista":

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