Dos años haciendo el primo.

We do what we must because we can...

Unos se abren un "blogs" con la ilusión de forrarse el riñón (y los genitales) con la propaganda de Casinos Lopera, Pelandruscas Lulú & Cia, horóscopos Casiopea o Azulejos y pladur Cascoporro.

Otros para no privar al mundo de sus acertadas y geniales visiones sobre el mundo del cine polaco, la petanca catalana o el chopo semisalvaje de la sierra de Cazorla. El mundo se lo agradecemos.

Hay otros que lo que buscan es hacer amigos, amigas y hasta "amigüitos", ganarse una merecidísima fama virtual, que la realidad les niega, para olvidarse de quiénes son de una vez por todas y, encima, con un poco de suerte hasta perder la virginidad.


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Los hay a docenas que cada entrada es una reivindición constante del valor humano de "Verano azul", las películas de Ozores, la grasa de las pegatinas (¡en 3D!) del bollicao o las casetes piratas de AC/DC.

Algunos apuestan por construir y promover una red social para luchar contra los abusos de los quiosqueros bizcos, los despreciables curadores de jamón serrano y/o los strippers en tanga de las despedidas de soltera; a los que odian con una intensidad similar al grado con que, sin quererlo saber, los aman.

Algunos tirando de la coctelera del corta y pega, del licor de garrafa de las patadas al diccionario y de la traducción rampante; intentan día tras día creerse que son lo "más mejor" en cuanto profesionalidad y a noticias de videojuegos austro-húngaros, análisis sesudos del índice de la bolsa de Murcia o documentación de las bújias en cartoné del periodo de entreguerras.


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Otros apuestan por algo más familiar, un pandemónium cuajado de fotos de "la boda", del bautizo, del viaje a Cancún y media docena de chistes comunes que no interesan a nadie excepto a su madre y a su primo de Basauri.

Los hay hasta de corte intimista atiborrados de poemas, reflexiones profundas sobre el suicidio y consejos sobre cómo combatir el acné o hacer un potente "ritual de amor" para pescar a ese chico del instituto que no ha reparado en su belleza, ni ropa, interior.

Otros, hechos a la imagen y semejanza de su autor, se componen de una ristra choricera de fotos de entradas a conciertos, "cortapegas" de la wikipedia en español y de IMDB, digitalizaciones de envoltorios de azucarillos de aquella cita "tan especial" y preguntas capciosas a la masa, que no son más que llamamientos desesperados para que les dejen, por caridad, aunque sólo sea un comentario porque se les está muriendo el ego de la pena.


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Tan rodeados de cretinismo y tan saturados de mierda digital como estamos (y con doble taza, de ahí el nombre de la "gueb" 2.0), yo no iba a ser menos, porque a mí, como a cualquier mico en edad de merecer, me gusta lo mismo, y hasta más, lanzar mis excrementos al público desde mi jaula; y a ello me puse hace dos años.

Dos años en los que he intentado pasar lo más desapercibido posible, no porque sea especialmente tímido sino porque la gente de bien puede (y debería) aprovechar su tiempo de mil maneras diferentes más enriquecedoras, y encima más atractivas.

Dos años de intentar ordenar mis reflexiones y hacerlas públicas, no por su innegable atractivo, sino para estar forzado a darles cierto lustre para que sean inteligibles, y así tener la excusa perfecta para ponerme a jugar con el lenguaje común y el Photoshop propio, aunque pirata, de vez en cuando.

Dos años, dos... dos...

Se me cae la careta de vergüenza y de tristeza, no voy a empezar a mentirles a estas alturas de la feria. Si el título de la historieta vital fuera "Vivencias canallas de un millonario", "un yate diferente cada mes", "Yo salvo cada día la vida de un niño del tercer mundo: ¡con fotos!" o "Mitomanías y truquis de un informático con contrato indefinido", bueno esto último no, no caigamos tan bajo ni bromeemos con la verdadera miseria humana, las "cosas" serían, cuando menos, un poco diferentes.

En un mundo perfecto no habría un parado amancebado, lo que nos indica, ¡ay!, que nos ha tocado la dimensión con trampa y que, ¡ni de lejos!, éste es el mejor de los mundos posibles. Desde aquí invito a los físicos teóricos para que me paseen por las universidades como prueba viviente e irrefutable del asunto.

Por lo menos siempre les quedará la esperanza de que algún día el parado amancebado morirá, quizá se transmutará en otro ente, o sencillamente de algún mal golpe en la cabeza se volverá tan "enrollado" como tonto del ojete.

¿Vds. "amigüit@s" qué piensan? Dejen su coment... ¡Oh vaya, qué chasco!


P.S:

También hay mucha gente buena en este mundo cibernético, megapop y desangelado.


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