Bla Bla Bla Goodbye Bla Bla Bla

martes, 17 de noviembre de 2009

Dragon age: Dragones, mazmorras, putas y chaperos.



Bioware, los padres de la criatura, cuando besan es que besan de verdad y lo que hacen lo hacen bastante bien. ¿Que podrían hacerlo mejor? ¡Desde luego!. ¿Que pecan demasiado por utilizar su máxima "si funciona y vende no lo toques, si acaso métele algún filtro nuevo, payo"? ¡Cómo no se han dado cuenta antes!. ¿Que se auto-plagian y copian y pegan sus mas famosos personajes y uno tiene la sensación de estar jugando al mismo juego con títulos diferentes? ¡Les diré, esto es un puro top manta narrativo y una cinta de Moebius hecha con bits alucinados!

Pero lo hacen muy bien los jodidos, y lo que es aún mejor: no lo hacen tan mal como otros competidores suyos. El acabose.

"Baldur´s gate II" y "knights of the old republic" (kotor a partir de ahora) son obras maestras, con todas las letras, "Mass effect" es una de las "películas interactivas" más entretenida que he visto en los últimos años y "Dragon Age: Origins"... bueno Dragon Age...


¿No sabían que Shepard es mujer? ¡Ahora ya lo saben listillos!

Déjenme decirles primero un par de cosas:

"Kotor" y "Mass effect" son dos de los juegos que me arrancan suspiros; nunca han faltado en mi disco duro y los sigo frecuentando al menos una vez al año de cabo a rabo. A pesar de no dejan de sorprenderme son obritas que lógicamente conozco bastante bien y que preso por la obsesión más pornográfica he intentado exprimir de todas las maneras posibles y si no lo saben se lo digo yo ahora: Tienen jugo que sacar.


¡Qué poderío!

Por otra parta la poción, el mandoble y el informático de las cavernas no es una dimensión que me ha fascinado poderosamente nunca; siempre me he sentido mucho más atraído por el trabuco laser, el tentáculo alienígena y las naves en llamas más allá de Orión.

Esto no quiere decir que esté dispuesto a aplaudir los bodrios de ese Disneyland del láser y el peluche en que se ha convertido Star Wars a costa de despreciar a un Tolkien (por citar ejemplos del "manual populista amancebado"), pero es muy fácil ganarse mi corazoncito sencillo y bondadoso con un "roboz" maligno, un par de galaxias en colisión, un patinete con cohetes trifásicos y alguna navaja de laser toledano, por no empezar a hablar de algún agujero negro...

¡A mi denme esperpento tecnológico y quédense con sus magias, sus vudús y sus dioses!



Dicho esto, déjenme comentarles muy brevemente tres puntos con los que quiero resumir el videojuego "Dragon Age":


1) Detalle y mimo:

Viniendo del pixel pardo y el polígono de filo cortante he dejado hace mucho tiempo de dar el valor que tan obsesivamente se le da hoy en día a los gráficos, caducos en el mejor de los casos en un par de años (cuando sobrevivan a tres o cuatro supuestas "next-gen" sabrán de lo que hablo), pero tengo que quitarme el sombrero con el detallismo de este juego.



Hay mimo y buen gusto hasta en los baldosines, cosa que ni siquiera se puede decir de muchas casas, y si afinan la vista, y les invito a hacerlo, y se fijan (por ejemplo) en los ornamentos de las empuñaduras de las espadas, en el efecto de la quemadura del lacre del pergamino de misiones, en los costurones de las ropas y los remaches de las armaduras, en los cuadros de las salas etc. se van a dar cuenta de que Bioware ha hecho un trabajo fabuloso como pocos y que no han dejado nada al azar por pereza o por falta de tiempo: Entra por los ojos, pero entra aún mucho mejor cuando dejamos de ver el conjunto y empezamos a ver los detalles y eso a mí me ha gustado mucho, no puedo decir otra cosa.



Ese detallismo me gusta tanto como el hecho de que algunas "mecánicas clásicas" se hayan recuperado, me gusta el mapita con sus encuentros "especiales", me gusta la posibilidad de poder jugarlo con tres perspectivas diferentes (cosa que ya hacía el tostón "The witcher") y si tienen el día muy tonto con una tecla y el ratón.

Me sublibeya que uno pueda hundirse en un pozo sin fondo de micro-gestión obsesiva o jugarlo dignamente sin pasar demasiado por la trastienda de la mecánica, me chifla que por fin alguien haya dicho no al "poder serlo todo para todos" y tener que ajustarse los pantalones, eso sí tan anchos como las tragaderas, del "héroe" con el que se quiere jugar.

Me encanta que se haya quitado la horrible brújula GPS "Estás en A por aquí se va a B" tan estándar desde hace demasiado tiempo: ¡Lean un poco coño y entérense de lo que tienen qué hacer y dónde, y si tienen problemas de comprensión lectora hablen con sus profesores, con sus padres o con sus camellos!


2) Sex in the city:



Bioware ya tuvo en su día su ración de ridícula polémica por incluir en su "Mass effect" una escena romántica entre una pitufina arqueóloga de 100 años con voz de quinceañera y nuestro personaje, que era una mujer porque se lo digo yo.

Dicho así se pierde mucha carga sexual, pero por amor a la verdad, que nos hará libres un día de estos posiblemente pasado mañana, la tristemente infame escena es breve y de un recato especialmente cursi pero tiene su sentido porque ilustra un romance peregrino (que puede no surgir) entre dos personajes de la historia. No es gratuita y tampoco es necesaria, pero es esa "anti-propaganda" la que más llega al adolescente despistado y al padre evangelista.

Con Dragon Age se ha hablado mucho de "madurez" por su apuesta a la hora de incluir referencias al mundo del ajetreo de bajos y clases prácticas de fornicio; lo que suele entender por madurez un reportero dicharachero de revistas de juguetes virtuales es muy primario, más o menos los que puede entender el jugador adolescente medio, y se puede resumir en los siguientes aspectos: Tetas, culos, drogas, vino, tangas, sangre, sardanas, mutilaciones, Jack Black, pedos...

Como ven con estos presupuestos empezamos muy mal, pero todos hemos sido gilipollas alguna vez en nuestra vida.


Lo que están dando de sí los posavasos de la Aido...

Si, en esta obra "madura" hay algún "choque sentimental" que puede terminar en un polvete en lencería de esparto, con posibilidad de bis; polvete sin baba, gemido, gracia ni sentido y quizá por ello no cuaja, es más de lo mismo, lo mismo que se puede ver en tantos y tantos videojuegos, y sus ramificaciones narrativas son las mismas que sigue explotando Bioware desde hace años.

Dentro de esa dimensión tan adulta, serena y madura se incluye también a un personaje secundario, un elfo pagado para cortarnos el cuello al que podemos reclutar, que además de ser un personaje francamente divertido es un prostituto lenguaraz y hedonista que tiene una afición desmedida por el cuero de su terruño. Brokeback mountain en la tierra media sin vaselina.

Hay también un burdel, en el que a cambio de unas monedas podremos suponer que nuestro guerrero se toma su merecido descanso. Prostíbulo en que todas las flores son hermosas, ningún fruto está prohibido y lo mismo se pueden comer ostras que caracoles... Antonino.



Los más aventureros pueden pedir a la madame el "especial de la casa", el (kinder)"surprise": Una chirigota que si tienen el cuerpo con ganas de choteo les va a hacer soltar más de una carcajada, o a lo peor no y pierden la cabeza por la excitación, sacan la catana y matan a su toda familia, Vds. verán lo que hacen.

Con este "especial de la casa" podremos disfrutar aleatoriamente de, por ejemplo, un enano travesti feo pero simpático, un par de tenazas y un martillo, o una fantasía francamente perturbadora con espantapájaros, látigos y girasoles...



Pero todo es muy de cartón piedra, no cuaja. El sexo (al contrario que la violencia) se ha asomado muy mal al mundo del videojuego: pasión, deseo, pulsión o necesidad no existen, sólo queda el beso casto a la "novia formal" y el frote insulso e inocuo entre dos personajes, que si se fueran a comer patatas bravas juntos es posible que todo ese negocio tuviera hasta un poco más de humanidad y algo menos tontería. Nunca pasarse el día cortando cuellos empapado en sangre y al caer la noche hacerse carantoñas en el campamento ha resultado más ridículo.

Recuerdo algún momento del "Fallout 2", y cito de memoria (lógicamente con agujeros): El intento de violación a la hija del granjero, el chantaje sexual de una pobre mujer para que liberemos a su marido que está detenido, poder convertirse en actor de "cine" porno y hasta en "fluffer", que no es más ni menos que el que se encarga de refrescar y asear las cosas y cositas entre toma y toma y con mucho cariño mantenerlas en su sitio en plena forma entre dale y dale...

Recuerdo también la continua tensión sexual del "Silent hill 2", tensión prácticamente pornográfica. El violador-castrador Pyramid head, los atormentados personajes esclavos de sus pulsiones y que dirigen en su contra a través de la comida o la automutilación y suicidio (sublimaciones perversas del sexo frustrado), la espiral del propio protagonista atravesado por el deseo insatisfecho y la culpa... la culpa por... mejor echen un vistazo si aún no lo han hecho.



Estas son obras maduras y adultas, no porque incluyan aspectos existenciales (legales a partir de los 18 años niños) como el fornicio, el abuso de sustancias o la capacidad de votar a cualquier ladrón; sino porque dentro de su narrativa esos elementos están integrados, tienen peso, razón de ser e incluso su presentación es seria, lo suficientemente seria para que aún siendo lúdica no sea plana y pueda tener aristas, reversos y sobretodo reflejos en los que mirarse.

Entiendo que al gilipollas medio esto le suene a chino pero hablar de madurez en Dragon Age es como decir que cualquier informático tiene una vida sexual muy activa porque se masturba tres veces al día.


3) Deja vú:

Las aceras por las que camina el héroe más moderno son muy estrechas y en esta nueva churrería franquicia se fagocita, se cita, se homenaje, se plagia, se rebautiza, se lija, barniza y repinta sin complejos. No seré yo quien les critique esto.

La historieta, como no podría ser de otra manera, es la siguiente: Elegido "más allá del bien y del mal" con misión divina de acabar con D.A.Ñ.O. El héroe cuenta con el típico secundario insoportable con un pasado envuelto en el misterio más gilipollesco, el eterno referente materno femenino autosuficiente y aparentemente inaccesible (¿les suena el complejo de Edipo verdad?) y media más docena de parias. En alegre comandita desfaze entuertos, realiza unos cuantos, salva y quita vidas y cuando ya está lo suficientemente supervitaminado y supermineralizado se va a partir la cara con sus amigos contra con el malo y los suyos. No, yo no me quejo, ni mucho menos.



Dentro de lo que cabe, que cabe mucho, se agradece por lo menos que los diálogos no los haya escrito un niño de 6 años o un informático treintañero alopécico y soltero, pero ¡ay! el desfile de personajes secundarios es tan parecido al de las obras anteriores de Bioware que parece que solamente les han cambiado el nombre, el teléfono y la dirección postal y los han mandado a trabajar en esta nueva franquicia.

El resultado es un turmix variado, a veces más líquido a veces más sólido, en el que tendremos la constante sensación de estar viendo personajes de otros productos de estos valientes.

Por lo menos las voces también están bien interpretadas, los dobles sentidos y los chascarrillos son buenos y están incluidos en su justa medida, y encima en muchas ocasiones tendremos la sensación de ver a un actor recitando su papel en lugar de a una masa de polígonos moviendo los labios mientras nos meten el audio de un señor asmático leyendo el guión.


Baba Yaga venida a menos... aunque no sea "directamente" de Bioware.

Dentro de estos raíles narrativos, tan estrechos como unidireccionales, otra serie de estaciones secundarias como el clásico sistema moral dualista de "bien y mal" han desaparecido y esto es un gran acierto y salva en gran medida la papeleta del refrito de Dragon Age.

Efectivamente uno puede hacer lo que le dé la gana, hay consecuencias, claro, a veces importantes para la trama y otras que son meros adornos estéticos, pero por el mismo precio uno puede apostar por la caza de brujas, el orden y la tradición más chusca e inflexible, ser un centrista moderado aficionado a la realpolitik o cortar cuellos de moros y cristianos por un quítame allá esas pajas y querer revolucionar el "original" ejem sistema de castas, el derecho sanguíneo de acceso al trono, el derecho de pernada orca y hasta la forma en la que sirven la crema catalana en los burdeles. La juventud más comprometida con sus exaltamientos es el grupo que más va a disfrutar.

Este estar "más allá del bien y del mal" porque nuestros negocios son los suficientemente serios como para que el resto de problemas parezcan tonterías no se resuelve bien, no han terminado de curar el jamón correctamente y menos saber servirlo, pero no saben lo que se agradece poder liarse la manta a la cabeza sin tener que preocuparse de bailar la conga cinco veces para que Sir Ladilla nos de la piedra de la llave del baño y así poder ir más ligeros de cuerpo en la batalla contra el caniche salvaje de Axturias.


Testimonio:

Al que le guste con locura el mandoble, la pócima y la teta camuflada se va a volver loco de alegría con esta joya que va a alargar su adolescencia varios años más; además va a tener material para poder tocarse: La excitación onanista va a ser especialmente intensa si no se conocen otras obras de esta casa, ¡garantizado!.

Al que no, pues también. "Dragon Age" se juega muy bien, se disfruta mucho y es extremadamente agradecido sobre todo cuando uno deja de matar bichos, se deja llevar por la trama y empieza realmente a hacer lo que antes se hacía con los videojuegos: jugar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta el humor con el que ha sido realizado este análisis, no había leído nada parecido. Sin embargo, todos coinciden con que Dragon Age Origins es una obra maestra. Y al que no le guste, no es persona.

Parado Amancebado dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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