Revista Café Cadáver Nº12 Noviembre 2009

Tenemos unos nuevos posavasos divinos de la muerte, osea...

Yo había pensado hablarles brevemente sobre el encanto que el mes de noviembre tiene para mí.
Un encanto, seamos sinceros, basado sobre la nada más roma y opaca, un encanto inexistente, una pura majadería estética claro; pero entre los jodidos posavasos de "la Aido", la defunción de otro Vázquez genial, el fabuloso premio que me dieron los buenos chicos de gamesaraje (sí, el mío es el de Segura) y que ahora nos llega el nuevo número de la siempre interesante revista Café Cadáver tengo un guiso en la cabeza aún más indigerible que de costumbre... yo ya lo he consultado con mi farmacéutico pero no me vende nada sin receta y mi médico no me quiere ni ver ¡para que se fíen de los anuncios televisivos!

Noviembres y fármacos aparte, dejenmé decirles que este mes juego con trampa, lo confieso ahora como lo confesé ante el cónclave cadaverino cuando me torturaron obligándome a consumir berberechos caducados mientras me clavaban palillos en los genitales: Esta "ovra maestra" es tan ultraterrena, montaraz y torpe como siempre, pero además es bicéfala.

Una versión del monstruo bifronte fue uno de los regalos envenenado destinado a una pareja de amigos que se casaron hace unas semanas; otra versión es la siguiente colaboración amancebada, más amancebada que nunca, destinada a su regocijo público. Consulté la idea con mi técnico de calidad, que como todos saben es una botella, siempre medio vacía, de vodka y me dijo que muy bien, que sí, que sí a todo y que cada día lo hago mejor y estoy más guapo. Yo creo que me tiene miedo, a mí o al elefante rosa que aparece en nuestras reuniones.

Así que me lancé al auto-plagio y a la esquizofrenia más chusca por todos Vds. A algunos les dan un premio Príncipe de Asturias por mucho menos.

¿No saben que el matrimonio cambia a las personas? pues se lo digo yo ahora y me asomo a la ventana en neglille a enseñarles la peluda patita por aquello de la provocación y la tensión sexual:


¿Pero no saben que deben hacer click para ampliar?

Ya saben dónde pueden leer el resto (son 4 efervescentes páginas llenas de cosas bonitas).
Otro día más.


P.S:
No puedo despedirme sin recomendarles que no pierdan la empresa de otra cadaverína (L.Zas) en su blog "Los que no fuimos a la guerra", copiando como una jabata cada semana un capítulo de la novela del mismo título de Wenceslao Fernández... No conocía la novela, ni conocía a Wenceslao como tampoco conozco a mis padres y no (re)conozco a mis hijos, pero oigan ¡qué maravilla de texto y qué placer poder leerlo porque alguien se ha tomado el esfuerzo de recuperarlo!.
Pueden prescindir del resto de consejos que les grito pero háganme caso en esto.