Juan Valdez nos reparte el café y lo que haga falta.
La gente de Café Cadáver ha sacado nuevo número, y lo digo, ¡ay!, por primera vez, con vergüenza. Digo vergüenza porque viendo el despliegue de ingenio, frescura y carajillos por doquier de los que han hecho gala, más aún si cabe, en este último número yo me siendo dolorido, por mi mala cabeza.
Y es que teniendo la tecla tonta, y ya se sabe que la letra es el espejo del alma, y el vivir aguardentoso, el estío pegajoso y la libido en impasse, no he podido, no he sabido, no he conseguido participar con ellos como a mi me hubiera gustado; es decir, con uno de esos ladrillos de 24 páginas, que es como el B.O.E de los miserables pero con fotos, y que además suele contener cifradas en su interior todas las claves de la próxima revolución judeo-masónica.
Con esta vergüenza pidiendo sitio a las muchas otras para poder acoplarse, a su molesto gusto, en mi esponjoso corazón de verano, me enfrento a Agosto. Espero sobrevivirme y prometo
Aquí les dejo la primera página para que vean, y lean, y se alegren, de lo bajo que voy callendo.
Haga click para ampliar, ¡mengrugo!
Y el que quiera saber el dramático final de tan apasionante biografía, ya sabe dónde encontrar la historieta completa... Don´t cry for me I´m already dead...
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