Ignacio Uria y mis vergüenzas.

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Perdonenme la parida anterior pero no he sabido resistirme a emplear las, tan panfletarias como meapilas, viñetas del evangelista T.Chick (en concreto "El monstruo") para intentar transmitirles, a las bravas, cómo alguno de los salvapatrias más "nobles y dignos" de nuestras orillas y aceras ven el mundo, o lo que es lo mismo, cómo leen la realidad, la interpretan y actuan en consecuencia. No se crean que la cosa anda muy desencaminada, por desgracia, porque esta banda y sus seguidores, que los tiene, son una psicosis constante (con perdon para los psicoticos).

De hecho hoy tenía en la cabeza comentarles ciertos aspectos morales, históricos y científicos que la obra catequista de T.Chick atropella con total alegría (de ahí la "intro") desgraciadamente no ha podido ser porque también tengo la costumbre de ojear la prensa.

El otro día les traje a Jimmy, persona que aún me ronda la cabeza, hoy les traigo a Ignacio Uria, un empresario de 71 años al que E.T.A le ha pegado dos tiros cuando se iba a jugar a cartas con los amigos. Lamento el tono de necrológica de todo el asunto, pero siendo honesto no me queda más que recoger la noticia y traerla aquí, su blog.

A priori parece que uno poco tiene que ver el uno con el otro:
Uno un neo-siervo de la gleba de treintaitantos años con estúdios mínimos y miserias y sinsabores hasta colgandole del "Hello My name is Jimmy" y el segundo un empresario, un triunfador de 71 años, con su familia, sus amigos y sus proyectos ya hechos; al primero le quitaron la vida por accidente y al segundo con alevosia y premeditación.

Pero si Jimmy fue la enésima victima de la estupidez humana y la barbarie, Ignacio también cuenta en una lista que no para de crecer, con el plus de que los que la escriben le pretenden dar el barniz de "lucha de liberación" y la pandilla de tarados que les apoyan, en lugar de medicarse adecuadamente, se rasgan las vestiduras de pura opresión fascisto-española que sienten y copian al dictado sus consignas y lemas.

Ya ven, gente que ama tanto su tierra que intentan convertirla en un cementerio, y de paso ocupar los alrededores para construir más nichos. Gente noble y sana que ama tanto su lengua que a la hora de hablar siempre tiran de onomatopeya balística o de gruñido.

Me produce mucha vergüenza personal todo esto.

Me avergüenzo que haya otro cadaver en las calles del País Vasco, y después de que pasen las coronas fúnebres, los lloros y lamentos y los grandes mensajes todo siga igual, en su perversidad, en su hipocresía y en su mezquindaz.

Me avergüenza escuchar hablar de la "izquierda abertzale" en lugar del nombre más apropiado "nacionalsocialistas vascos", porque tanto en sus métodos como en sus objetivos (tierra, pueblo, patria...) son iguales, de manual, a aquellos abertzales alemanes que pisaron las tripas de media Europa durante demasiado tiempo, hasta que por suerte les llegó su San Martín.

Me avergüenza que en este país en el que vivimos los "nacionalismos" sean sinónimo de "progreso", y no sinónimo de "catetismo", "incultura" o incluso de "venganza familiar, bruja quemada y violación en el pajar" como suele entenderse en el resto del mundo un poco más tirando como a "normal"... al menos en el uso de "palabros" y conceptos, y unos conocimientos históricos menos histéricos pero más sustanciosos y no escritos por iluminados.

Me avergüenza la alegría con que con términos como "normalización" pretenden sugerir la vuelta a una edad de oro perdida y se los meten, vaya que si y sin vaselina, al popolo como algo deseable y conveniente y no como la "limpieza etnica vasca" que es, tal y como hoy en día está planteada, y que efectivamente, parte de una "limpieza linguistica" y luego Dios dirá y mientras tanto los chavales que improvisen con las pistolas y la gasolina y el cura que reparta ostias.


¡Que les den por el culo a los perros no nacionalistas!
Si no se sienten vascos deberian irse a su puta tierra.

Me avergüenza de cómo se corre a pedradas y a veces a perdigonazos a los que no se les considera del todo del "pueblo-pueblo", bien porque no les gusta la horrible verbena perpetua de la plaza mayor ni su música insufrible, o bien no quieren tirar a la cabra-chivo espiatorio vestida con la rojigualda desde el campanario jesuita, o quizá nunca les ha gustado el chorizo intragable y requemado que se regala en la permanente fiesta de la civilización vasca.

Me avergüenza tanto y tanto "ciudadano modelo", siempre "ofendido", "gritón" e "indignado" contra el brutal toreo españolizante, los perversos "malos tratistas" de genero patriarcales lesbofobos y la desaparición de la anchoa cantábrica de RH-, o cualquier otra protesta al uso que coincida bien en la agenda llena de citas dignas del mejor activista puro y duro o pura y dura. Ciudadanos, tan implicados y activos, que no sienten ni el mínimo remordimiento a la hora de justificar la muerte de un vecino tiroteado como un perro en la calle, se van por por las ramas dialécticas más cazurras y banales, mezclan cadaveres hasta de la guerra de cuba sin el menor sonrojo, siempre intentando, de alguna manera, con la penetrante inteligencia que tienen y que la ikastola les ha afilado, que el hecho de coserle a tiros a un viejo de 71 años es "el resultado de un conflicto", y por lo tanto, de alguna manera, es malo, si, pero por otra manera es bueno... eh.... si, ¿No? digo yo, porque hay buenos y malos en todos los frentes... eh... y esto... Gora Euskadi!!!
Y así durante décadas señores, la claridad de la consigna y el caos del retraso mental ético.

Me avergüenzo de las juventudes (y no tan jóvenes) hitlerianas y la impunidad con la que paseaban mientras un cajero ardia, o curiosamente estaban cerca cuando algunos desaprensivos han cruzado un autobus, o estaban tomando un zumo de piña cuando le han abierto la ceja de una pedrada a algún concejal...
Ya ven qué tierra más mágica, en la que hasta los contenedores de basura sufren de combustión espontanea y fenómenos paranormales, y las cosas ocurren porque sí sin causa ni causante alguno. ¡Ven y cuéntalo, que no te van a creer!.
La traca es cuando se les pilla, rara vez gracias a Balza y a su genial política de "si no lo veo no lo creo ergo no existe", y siempre como plus es mejor mirar para otro lado, por si acaso, que aquí todos somos familia.
Entonces los papas y mamas salen a la calle junto con otros papas, mamas y tios putativos enarbolando orgullosos las fotos de sus angelitos que no han matado, no han quemado, ni han hecho la vida perra a nadie, no: son "presos políticos" vascos. Familias con tanto orgullo, herido pero orgullo al fin y al cabo, y tanta dignidad fingida que un día los padres y madres de violadores, pedófilos y sacamantecas de media Europa van a sacudirse su vergüenza y su estigma social y van a unirse a ellos, al "alegre carro de las víctimas" que tira que no veas gracias a su puro delirio, para a ver si se les pega algo de la cara de cartón que estos personajes pasean tan alegremente, la suya y la de sus criaturas en la pancarta.

Me avergüenzan los fariseos, los que alimentan al monstruo y le dejan salir por las noches, y los que cosechan sus frutos a base de patadas al arbol de Guernika, ese arbol de mierda que cada vez proyecta una sombra más siniestra, más miserable y más inhospita; aunque el Druida-lehendakari unte el tronco con la sangre de primogénitos castellano-parlantes degollados del modelo-A y siga repitiendo, como un mantra, que las cosechas serán mejores, que nacerán muchos niños y que la caza será más abundante y que la pesca no se va a acabar nunca pero que debemos seguir exactamamente, paso a paso y con mucho fundamento, los mandamientos sagrados que el gran dios Arana le comunica solamente a él gracias al uso de bellotas mágicas fermentadas con patxaran, porque de lo contrario un demonio enorme aparecerá y nos convertirá a todos en "guardiaciviles", cupletistas, gitanitos de Jerez, legionarios, rumberos y socios del Atletico de Madrid, que es aún mucho peor que si la tierra se abrira y nos tragara a todos.

Me avergüenzo de los que no señalan y dicen "tú apoyas a los que matan, te la trae floja, y le has cogido gusto a la sangre" y prefieren callarse como putas; al fin y al cabo algún día todos seremos amigos, con un poco de buena fé, hombre, claro que si! y se van corriendo a sus casas y se asoman de vez en cuando a la ventana a ver si le están haciendo algo al coche, "sólo por si acaso", porque aunque prefieren no "alborotar" nunca se sabe. Pero al fin y al cabo es siempre mejor que sea otro el fiambre, al que le queman el coche o el que tiene que emigrar a otras tierras menos histriónicas, catetas y endogámicas hartos de vivir bajo el miedo.
Mejor no encontrarse con una diana con su nombre, el coche quemado o que le rebuznen un "faxista español" dos jovenes luchadores en la calle, porque un día se le escape hacer un comentario inapropiado en la tasca donde se dora los huevos todos los días, al fin y al cabo él es del pueblo "de-toda-la-puta-vida-ostia" y la culpa es de los políticos que visten a los empresarios como putas y van provocando, y como de política no entienden prefieren no hablar.