Entiendo que cuando la publicidad ha perdido su sentido primario (anunciar un producto y potenciar su venta a través de diversas estrategias) y ha pasado un tiempo prudencial, es cuando sirve como ejemplo de una época y uno puede acercarse a disfrutar de su diseño, sus ocurrencias, prejuicios y chascarrillos con cierta neutralidad; neutralidad que significa que nadie le quiera meter la mano en el bolsillo o convertirle en un voceras gratuito por la plaza de su pueblo, en la tasca o en los mentideros de internet.
Pero no he sabido resistirme. Me ha gustado tanto esta campaña, vista por casualidades de la vida en L´image blog y creada para Sci-fi channel por algún gafapasta becario en Saatchi & saatchi, que me he sentido obligado a compartirla con todos Vds al sentirme especialmente conmovido; y es que la "humanidad del monstruo", la "humanidad del humano" y la "monstruosidad del humano" son platos de mi gusto, además de las lentejas con chorizo por la primogenitura y los copazos de cicuta dando leña a todo lo que se menea. Otros son más de dulces y postres:
El pobre zombi acorralado bajo tierra en su ataud, último refugio en un mundo apocaliptico, mientras es acosado por una terrorífica mano, ¡viva!, que lo quiere atrapar con intenciones no muy claras...
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La criatura de la laguna negra espantada por la pin-up de turno (con aire a Elvgren) nos demuestra en toda su crudeza los horrores de la misoginia zoofila...
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O estos pobres marcianos aterrorizados, huyendo en desorden de la amenazante máquina voladora que sobrevuela sus cielos y que por la forma ¡parece pertenecer a la flota de Iberia!. Vean con qué angustia la figura de la derecha tapa los ojitos inocentes de la pobre criaturita ante la visión del horrible O.V.N.I!; conmovedor.
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