Bla Bla Bla Goodbye Bla Bla Bla

martes, 20 de enero de 2009

The tobacco, the tobacco...


No podemos saber si este es un chico o una chica, pero por supuesto no importa un carajo.
Es un claro ejemplo de su inteligencia y un honroso logro.



Hace tiempo que queria traer el tema de la fumancia a esta amancebada casa; el problema es que el tema es ciertamente imposible de ventilarselo en una sola entrada como yo inicialmente pensaba: Es tal la cantidad de propagandas, historias e historietas, y comentarios personales que acumulo en mi cabeza y disco duro, que el intentar hacerlo sería dar un par de docenas de pasos más en dirección hacía el abismo de la locura que cualquier blogger de pro siempre bordea.

Así que he decidido crear una nueva etiqueta sobre el tabaco y así mostrarles, entre berrinches y chascarrillos, todo tipo de propagandas, historias ilustrativas e historietas moralizantes y todo tipo de documentos con respecto al mundo de la nicotina.


Para comenzar la casa por el tejado, como siempre, y dar inicio a este pandemonium que verán desfilar de vez en cuando por esta, su segunda casa de putos y putas, quiero compartir con VDs. un artículo hilarante publicado en 1922 por la revista Physical Culture titulado What kind of girls smoke?. (¿Qué clase de mujeres son las que fuman?) y que la impagable web Modern Mecanix nos ofrece.

Permítanme dejarles con las fabulosas ilustraciones del artículo (y sus retorcidos piés de página correspondientes) y unas cuantas frases especialmente ilustrativas sobre este asunto tan trascendente como actual.



¿Se pueden imaginar a una mujer cuidando de un pequeñuelo
mientras se fuma un caliqueño o incluso un cigarrillo?



"The organization of the child is so delicate and fine, both physically and psychologically, that we all instinctively recognize the impropriety of permitting children to partake of strong alteratives and drugs. Wise parents do not even allow their children to have tea and coffee. And it goes without saying that alcohol is absolutely under the ban also."

La fisionomía del niño es tan delicada y fina, tanto física como psicológicamente, que instintivamente todos reconocemos lo inapropiado de permitir que participen en el uso de drogas y fármacos potentes. Los padres más espabilados ni siquiera permiten que sus hijos tomen té o café. Por supuesto que no necesita decirse que el alcohol les está prohibidísimo.


"The question, therefore, of whether a woman should smoke need not be argued on the debatable ground of abstract morality. There is plenty of food for thought in the question of the physical well-being of women, and of its consequences and implications for society. Why, when the ship is sinking, does the cry go up, “Women and children first?” Why this instinctive classing of the women and children together, in spite of the fact that the women are adults, physically and mentally?"

Por lo tanto la cuestión de si una mujer debe fumar o no, no necesita discutirse en el plano de una moralidad abstracta. Hay cantidad de elementos de reflexión en la pregunta sobre el bienestar físico de las mujeres, y de sus consecuencias e implicaciones para la sociedad.
¿Por qué cuando el barco se hunde el grito principal es "Las mujeres y los niños primero"?. ¿Por qué instintivamente mezclar mujeres y niños juntos, a pesar del hecho de que las mujeres son adultas, físicas y mentalmente?


"One obvious reason is that the physical strength of a woman, adult though she be, is usually less than that of a growing boy of, say, fourteen. Physically she is classed by men with the children, to be sheltered and cherished like them."

Una razón obvia es que la fuerza física de una mujer, aún cuando es adulta, es generalmente menor que la de un rapaz en crecimiento de, digamos, catorce años. Fisicamente es agrupada por los hombres junto con los niños, para ser protegida y mimada como ellos.



La número 9 tiene el clítoris más largo y duro al Oeste del rio Pecos.

"Of course this opens the way to the claim that since it may be plausibly maintained that it does a man no special harm to smoke in moderation, it is equally evident that it may do a woman no harm to smoke in still greater moderation if she substitute the mild cigarette, for instance, for the strenuous cigar or pipe; that the true solution is for a woman to guard herself against excess, just as she might take one glass of wine or one cocktail, but no more."

Por supuesto esto abre el cámino a afirmar que puesto que es posiblemente cierto que el fumar con moderación no daña al hombre, es por lo tanto igualmente evidente que fumar puede no ser dañino para la mujer en una moderación aún mayor por ejemplo sustituyendo por el suave cigarrillo el derrengante purazo o pipa; que la verdadera solución es que la mujer se proteja de excesos, igualmente que puede tomarse un vinito o un cóctel, pero más no.



La verdadera razón por la que una mujer no debería fumar es la misma por la que un niño no debería hacerlo. La constitución femenina tiene una naturaleza, unos reflejos a los estímulos y una delicadeza similar a la de los churumbeles. ¡Ancha es Castilla!.



"Is that sound reasoning? Perhaps. I admit that the question is debatable. And yet, it calls to my mind an incident in my own experience which brings us right back to the suggestion I have made that a woman’s physical organization is to be classed in delicacy with that of a child and should, in most cases, be as rigorously shielded from stimulants and narcotics. When I was a youngster I once called at the home of a young woman who represented a perfection of breeding, education, culture and refinement, which we are accustomed to recognize as one of our ultra-metropolitan products. It would have been better for that young woman’s health if her mother had married a prize-fighter perhaps instead of a prominent but small-muscled dignitary of a very important and dignified church. Besides being highly cultured, this young woman had a mind and will of her own, and was on the whole very sane and well-balanced besides.



¿Esto suena razonable? Quizás. Admito que la cuestión puede ser debatible. Y sin embargo, me viene a la cabeza una experiencia propia que vuelve a traer la sugerencia que antes he hecho sobre que la naturaleza femenina debe ser considerada en delicadeza junto con la del niño y debe ser, en la mayoría de l os casos, rigurosamente protegida de estimulantes y narcóticos. Cuando era un jovencito una vez llamé a la casa de una mujercita que representaba la perfección de la buena cuna, la educación, la cultura y la finura, cualidades que estamos acostumbrados a reconocer como uno de nuestros productos ultra urbanos. Hubiera sido mucho mejor para la salud de esa mujercita que su madre se hubiera casado quizá con un luchador de feria en lugar de con un respetable, pero con poco caracter, director de una noble e importante iglesia. Además de ser altamente formada,esta mujercita tenía la mente y voluntad propias, y era en conjunto muy sana además de muy equilibrada.

In those days it was not so common for women to smoke as it is now. For a girl to smoke was almost as bad as for her to wear a skirt coming only as low as her ankles."

En aquellos días no era tan común que las mujeres fumasen como lo es hoy en día. El que una mujer fumara era tan malo para ella como llevar una falda que sólo llegase hasta sus tobillos.


"When I arrived, the first thing she did was to take a cigarette, a very choice and expensive cigarette, and to offer me one. I took it. It made me feel right devilish, I can tell you. This, I told myself, was seeing life. The Movie
Vamp hadn’t come in then; but it was a good deal like keeping company with Theda Bara or Pola Negri in their vampiest moments.

We smoked, gravely, sedately, self consciously. I watched her critically, and I observed that she didn’t know the tune; but what most surprised me was that she smoked just one and then quit. I commented on this. It seemed like undue moderation."

Cuando llegué, la primera cosa que hizo fué coger un cigarrillo, un caro y escogido cigarrillo, y ofrecerme uno a mi. Lo cogí. Me hizo sentirme diabólico, se lo puedo decir. Esto, me dije a mi mismo, era ver mundo. La vamp de las películas aún no había llegado; pero era como si estuviera en compañía de Theda Bara o Pola Negri en sus momentos más vampíricos.

Fumamos, gravemente, embriagados, a conciencia. Yo la miré y observé que ella no se estaba enterando de lo que estaba haciendo. Pero lo que más me sorprendió fué que sólo se fumo uno y entonces lo dejó. Lo comenté. Parecía un moderación indebida.



¡Pero méteme mano de una vez cretino!


“I can’t smoke more than one,” she said. “They make me sick.”

Since then the memory of that incident has come back to me many times. I know now that if she did not inhale, and if the cigarette was mild, and if one was her limit, tobacco was a poison to her, and she probably had no business to be smoking at all."


"No puedo fumar más que uno", me dijo. "Me ponen enferma".

Desde entonces el recuerdo de ese incidente me ha venido a la cabeza en muchas ocasiones. Sé ahora que si ella no se lo tragaba, y si el cigarrillo era suave y si uno era su límite, el tabaco era veneno para ella, y ella no debería estar fumando en absoluto.


"But what about the woman who could have smoked a box of cigarettes on the spot and never know she had done it?. I answer with another question: What about the woman who can drink a half dozen highballs with the toughest male tippler, and demonstrate that like him, she has leather insides? Does the thought charm you? Has the lady retained those aesthetic values which tell the world what she is, or what she isn’t?"

¿Pero qué pasa con una mujer que hubiera podido fumarse una cajetilla de cigarrillos entera y ni siquiera darse cuenta de que lo había hecho?. Contestaré a esa pregunta con otra:
¿Que pasa con la mujer que se toma media docena de cubatas con el pollopera más duro, demostrando que, como él, ella también tiene unas buenas tripas?. ¿La idea les resulta atractiva?.
¿Mantiene la dama esos valores estéticos para decir al mundo lo que ella es o lo que no es?



Los nietos del autor siguen erre que erre con el tema.

"I knew a man who, when he was a green country boy made a trip to the great city. There a friend undertook to show him the town; and they started on a journey through the Tenderloin, to the end that the youth might see what the world was like.

“And,” he said in relating the experience to me years later, “there sat that girl, smoking. I wasn’t used to seeing women smoke. They didn’t do it in our neck of the woods. But that wasn’t what disturbed me. What clean bowled me over was what she was smoking, a big, fat, black cigar that would have put me on the casualty list in five minutes. And I considered myself pretty hard-boiled, too. That finished me. I couldn’t see anything attractive about a woman smoking a rank cigar. Whatever temptation I was under with respect to the lady fled. ‘Come,’ I said to my friend, ‘let’s get away from here.’ We went."


Conozco a un hombre que cuando aún era un mozalbete de provincias hizo un viaje a la gran ciudad. Allí un amigo se hizo cargo de enseñarle la ciudad; y empezarón un viaje por la zona de copas con el fin de que el mozuelo supiera cómo era el mundo.

"y", dijo relatandome la experiencia años después, "Allí estaba sentada esa chica, fumando. Yo no estaba habituado a ver mujeres fumando. Ellas no lo hacían en mi terruño. Pero eso no fué lo que más me impactó. Lo que me revolvió las tripas fué que se estaba fumando un puro negro bien gordo, cigarro que me hubiera puesto a mi en la lista de bajas en cinco minutos. Y eso que me considero bastante duro. Eso acabó conmigo. No pude ver nada atractivo en una mujer fumandose un caliqueño. Cualquier tentación que tuviera con respecto a la mujer desapareció. "Vamos", dije a mi amigo, "vamonos lejos de aquí". Y nos fuimos.


Si tiene que haber un motivo principal del por qué las mujeres no deben fumar cigarrillos,
es el mismo motivo por el que no deben fumar grandes puros negros o en pipa. Hay ciertas consideraciones las cuales, aún ciertamente intangibles, se perciben intintivamente y son muy, pero que muy reales. El autor de ese articulo, por lo tanto, ha dejado claro como el agua
esas consideraciones esquivas pero muy oportunas.



“It taught me a fundamental lesson. I know now why I abominate coarsegrained women, and women who make themselves coarse-grained. It’s instinctive. They can’t be good mothers. No child should ever be trusted to their hands and no youth, either.”

Me enseñó una lección fundamental. Ahora sé por qué abomino de las mujeres más bastas, y de aquellas mujeres que se terminan por convertir en bastas. Es instintivo. No pueden ser buenas madres. Ningún niño, como tampoco ningún jovencito, debería ser confiado en sus manos.



Como se entere de todo esto nuestra ministra más inteligente, rumbosa y capacitada, mañana mismo deja el teléfono del maltratador y se planta en el ala de maternidad del hospital más cercano repartiendo cajas de farias. ¡ole y bravo!.



P.S:

Cuando se encuentren con un pobre fumador tengan siempre presente, amigos y amigas:
¡Hitler no fumaba!.


Nuestro caudillo Adolfo hinkel no bebe alcohol y no fuma (...)
por eso su capacidad de trabajo es increible, holocaustos y matanzas incluidas...

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