sábado, 29 de noviembre de 2008
WalMart, los muertos y las paja-pollas
La crisis del capitalismo: la policia arresta por docenas a cajeras y contables.
En este mundo, como seres de carne y hueso de pro, estamos sujetos a una serie de necesidades de diferente orden, y reparen que no hablo de "deseo" sino de "necesidad", y por lo tanto además de evitar sonrojarles con un chascarrillo grosero y procaz, me abstengo también de perpetrar el idem con algún exabrupto de corte escatológico.
Bien. Como además, fíjate tú, nos ha tocado la china de ser "personas humanas", tenemos la inclinación bastante pronunciada de convertir a nuestra necesidad más inmediata en cultura, especialmente con respecto a las formas, lúgares y maneras de satisfacerla.
Hoy por hoy, echemos más leña al fuego, y desde hace bastantes decenios nuestra "cultura" se frota descaradamente la cebolleta por parques, hostales y aseos públicos, contra esa otra dimensión tan postmoderna llamada "ocio" que es cosa mala.
Si después de este introito tan sublime como accesorio, no consideran los centros comerciales modernos como el verdadero espejo donde nos miramos las jetos, los granos y las calvas, de tú a tú, es que no se han enterado de nada o no han visto las geniales películas de Romero. Dejenme decirselo de otra manera:
Alpargatas, rubias traumatizadas y rebajas: mala mezcla.
Un amigo mio, un poco tonto la verdad sea dicha, me explico una tarde que la idea de "centro comercial" es muy vieja, menos que el sexo mercenario, eso si, y nace practicamente con la civilización y sus primeras ciudades. ¡¡¡Oh Babilonía!!!
Sin embargo, el tio continuó, cuando entramos en materia, en el ajo propiamente dicho, es con los primeros nucleos urbanos medievales:
Cuando a la necesidad de productos frescos regulares se le une definitivamente una condición social multiplicada en regularidad bajo las multiples celebraciones cristianas y su calendario, que no sólo habían absorvido las tradiciones paganas sino que con su santoral las habían ampliado y precisamente la "feria", sus productos y sus negocios (nec otium) ocupan un puesto importántisimo en la celebración del día.
Ya ven, del mercado medieval de plaza chotuna en fin de semana y con discoteca en el pajar de Ruperta, le sumanos crucifijo y santoral, celebraciones de cosechas y de vendimias, alguna buena matanza de judios, brujas o porcinos y echamos de paso alguna boda y media docena de bautizos y nos plantamos en un periquete en nuestros supermercados de hoy en día.
Esto les sonará a pura masturbación amancebada, pero a mi no me echen la culpa porque hoy estoy citando, aún libremente y de memoria, y no creando: Si quieren cotejen la información en la fantástica wikipedia en español, la misma que hace llorar de rabía y pena al difunto Diderot y cagarse en la familía de tanto internauta chiflaflautas a D´alambert, y ya me dirán.
Walmart es en estos menesteres no sólo el capitán de la nave pirata, sino que además es el Moloch con los dientes más largos y afilados, amén de ser con respecto al "comercio justo" lo que la secta de la Cienciología es con respecto a la espiritualidad a la Mística Sufí. Esta cadena de supermercados, por lo que sé de amigos de paso por esas tierras, o incluso de nativos, es el ejemplo más clarito de pesadilla consumista de linea dura, la más descocada (que diria mi abuela):
Uno lo mismo se compra esa deseada docena de tangas rosas en polipiel con estampado de leopardo, que un saco de 30 kilos de arroz con la oferta 2x1, que tres bicicletas, que 10 kilos de pollo congelado. Todo tirado de precio y con ofertas inmejorables, precios con los que ni siquiera las grandes superficies pueden competir señores.
Un puro dislate, ya lo sé, yo personalmente sólo soporto el lujo de la cantidad en bibliotecas, tascas de mala muerte y diversas casas de perdición de todos los ramos y grados, en el resto de locales, públicos o privados, la soberbia de la opulencia y la cantidad por la cantidad tiende a repugnarme, también tengo yo derecho a tener mis ramalazos estoicos y soltar de vez en cuando un vanitas vanitatis etc etc..
¿Cómo se sostiene este negociete? pues me imagino, demasiado bien me temo, que gracias a lo típico: mafias portuario-almaceneras, amenazas y palizas, explotación laboral, invasión de ultracuerpos y dos huevos duros. El pan nuestro de cada día.
No se echen las manos a la cabeza porque aquí, en "yurop", tenemos más de lo mismo pero en otra escala más pequeña, y eso basicamente debido a que la gran parte de nuestras "grandes y medianas" ciudades vienen a ser pueblecitos yankees, en los que se tira de coche hasta para ir a comprar la botella diaria de cazalla de rigor porque la bodega del supermercado está a 20 km y en medio de un descampado. Yo me iba a morir de asco y de pena.
Homo hominen zombi est.
¿A Que viene todo esto?, ¿Estamos ante otro ejemplo tan gratuito como prescindible de prosa amancebada?. Pues por supuesto, como siempre, y además tampoco:
Estos últimos días he tenido durante algunos momentos en la cabeza una noticia (fuentes aqui o aqui), poco extraordinaría por otra parte, pero no menos perversa:
Imaginense a un pobre desgraciado de 34 años, un tal Jdimytai Damour, un tipo cualquiera como cualquiera de Vds. yo incluido, excepto porque no hablaba ni papa de castellano, había nacido y crecido en Queens (N.Y) y sus amigos y familia lo llamabam Jimmy.
Este hombre reducido a currar en un Walmart, los niveles salariales más bajos y los puteos más continuos del oeste, cowboys, se ha cepillado una cena rápida en casa de su hermanastra para celebrar la sacrosanta fiesta de "Thanks giving day" (día de acción de gracias), ya saben, con su pavo, sus indios y sus colonos.
Con el pavo congelado aún asomando por el buche este buen hombre, que lleva de trabajo de mierda en trabajo de mierda desde que acabó el instituto, se va rapidamente a su tajo que va abrir las puertas de madrugada, a las 5.00 de la mañana manda huevos, para cumplir con otra no menos sacrosanta fiesta: la de las brutales rebajas que siguen a esta celebración yankee y que son un preludio a la locura navideña.
Imaginense una marabunta, una buena masa de zombis si les tiran ese tipo de películas como a mi, un tropel de nobles ciudadanos pegando trompazos en los cristales, gritando porque hace un frio de tres pares de cojones, cabreados y ansiosos esperando a que abran el chiringuito para poder comprarse su mierda de televisor de plasma, su camisita y su canesú o su consolador a pedales a mitad de precio. ¿Crisis? ¡los cojones de Espartero!
Visto y no visto: En el momento en que los sufridos currelas abrieron, puntuales como relojeros, las puertas del establecimiento, se fueron directamente al suelo, junto con varios clientes, embarazada de 8 meses menesterosa de turno incluida que sufrió un aborto para añadir pathos al perolo, junto con las puertas arrancadas de cuajo por semejante torrente de carne y deseo.
Sus compañeros pudieron sobrevivir, aún con contusiones, a semejante estampida de dientes y tarjetas de crédito, uno a base de ostias y empujones que los americanos, que son más finos, llaman "quitarse literalmente de encima a varios clientes", pero al pobre Jimmy, quizá por el pavo congelado, quizá porque le habia tocado la china, le pasaron por encima y le bailaron el zapateado en el cuerpazo, a diferentes velocidades y en diferentes tonelajes y marcas de zapatos, unas 200 personas, hasta que alguien, algún "rarito" imagino, se dío cuenta de que aquello en la puerta no era una alfombra sino un tio hecho tortilla y en su locura y perversión pensó que quizá la cosa era grave. Linolio negro, dice la prensa, ya me dirán si la cosa no pinta siniestra.
Oh my god. They killed Jdimytai!!! You bastards!
Un pobre hombre hecho tortilla, rianse de los San Fermines, policía, ambulancia, toda la retraca y un aviso titubeante de que la casa de putas iba a cerrar "momentaneamente" por la muerte de un trabajador que casi termina en un motín sangriento y una matanza mayor por parte de los "inteligentes consumidores" que ya estaban dentro ("Yo llevo esperando desde ayer por la mañana". Literal).
Total que metieron las puertas corredizas rotas en sus railes y las cerraron, intentaron reanimar in situ al fiambre; todo esto mientras la gente que estaba dentro, varios cientos, seguian a lo suyo a ratos, y a ratos se escandalizaban de lo mal que está el mundo sin perder el ojo de la fantástica oferta del exótico chorizo Palacios o del pack de la nintendo wii con las polainas bordadas a mitad de precio, y los pobres "desgraciados" que se habían quedado fuera, rumiando el poder perderse la mejor parte del pastel, se preparaban para una nueva carga y esperaban que las puertas del cielo cerradas volvieran a abrirse. Una pasada de mocho rápida, y tan contentos. Ya ven cómo esta la calle. Linolio negro, insisto.
Si, ya sé que "por aquí" los trabajadores se caen de los andamios que es un primor y demás barrabasadas al orden del día, pero hay algo terriblemente perverso en este "accidente"; ese ciudadano canibal en el que nos hemos convertido, y nos hemos dejado convertir, es un bastardo infantil y sanguinario. Ya ven, "la era de las comunicaciones", "la era de internet" y somos capaces de pisotearle la jeta a un pobre desgraciado por hacernos con una televisión de plasma a mitad de precio, un I-pod que es una ganga, osea, o el último disco de los chunguitos que si lo compras te regalán el greatest-hits de Ramoncín. En eso consiste esta "era" en romperle los dientes a alguien por nuestro "derecho" a la mejor oferta. Qué tristeza.
Yo que los últimos días me relamia las heridas por estar parado y amancebado, tonto de mi juventud divino tesoro, he tenido una revelación, y dejenme hacerla pública: quedense con su mierda de oficios, con sus colas cainitas, sus modas y sus ofertas, con sus gadgets, que es mejor ser un miserable que ser un asesino de la sección de ofertas o un canibal del 2x1.
--------Interludio amancebado--------
Mientras, en este mismo mundo (y ahora pasamos a las paja-pollas) las mamás denuncian que algunas pajitas "Fun" (1.68$, ¡Compre inteligente, compre en Smart!) que adquirió para su niña de tres años en dicho establecimiento son una "sinvergonzoneria" que no se puede consentir porque alguna de ellas, fíjate tú, tienen la forma de la "zona privada masculina", ya saben tienen forma de polla.
Polla además de la clásica: ya conocen el icono arquetípico que nos legaron nuestros amigos grecoromanos, junto a las películas de gladiadores, y que se ha conservado hasta nuestros días especialmente frecuente en cuarteles, letrinas y tugurios; vean un claro ejemplo:
Esta mutter courage, llamó a los diabolicos vendedores de semejantes paja-pollas "Fun" y tuvo que soportar el sambenito inmerecido de mentirosa, cuando no de tarada, y el más atroz atropello contra su sentido del decoro y su íntima percepción de las formas y colores, especialmente en el ámbito estético de las pajas. A esto hay que sumar su lógica angustia existencial al pensar en las pobres familias de usuarios de pajas con hijos más mayores, y por lo tanto más cerca de entender el mensaje de extrema dureza icónica y su natural perversidad. Todo esto no sólo le honra a esta heroina de supermercado sino que nos muestra como anda de mal el mundo y como hay días en los que pienso que se nos debería tragar un agujero negro, especialmente los domingos por la tarde.
Nuestra Santa se puso entonces en contacto con la cadena televisiva de turno para narrar su sangrante odisea; Por suerte, como los grandes profesionales que suelen ser este tipo de buitres, héroes del escote, la bragueta y la patada al diccionario, se interesaron inmediatamente con la conmovedora historia, entrevistando a la heroina, comprobando casi cientificamente las fálicas formas de las pajas, y se pusieron en contacto con el jerifalte de turno logrando que, mejor prevenir una paja que curar una demanda, se retiraran de sus supermercados donde a veces bailan el chotis encima del hígado de los empleados.
Les podría hablar de la Gestalt, entrar en otro monólogo interminable sobre la estructura de los signos y el lenguaje o peor aún, sacar del bolsillo un chascarrillo que me gusta mucho sobre psicología cognitiva y la facilidad que tenemos de ver calaveras hasta en la sopa; pero luego los simples de espíritu me escupen por la calle, me tiran mondas de naranjas y patatas y me llaman "vagoloscojones" así que cierro la letra por hoy y paso al video para los que necesiten ver para creer (y bien que hacen!):
P.S:
(si, yo también veo el viejo "chiste de músicos", que me acabo de inventar, en las pajitas)
1 comentario:
Vale la pena acceder a paginas como esta en donde podamos compartir diversas clase de cosas. Es por eso que utilizo mi tiempo en internet para aprender e informarme pero también para divertirme. En el ultimo tiempo estoy buscando para comprar un
smart tv
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