Me dirán lo que les dé la gana, me da igual: La nicotina siempre ha sido amable amiga, momento de placer, pequeña pausa, compañera fiel y atenta de malas mañanas, días regulares, noches largas y chocolates espesos. Siempre honesta, siempre clara y siempre con su precio a pagar por delante; bastante más digna y honrada que muchas mujeres.
Nosotros, los pobres apestados, sonreiremos con una sonrisa amarillenta, como la del gato de Cheshire, pero es mucho mejor eso a no tener ninguna sonrisa; y además no hay sonrisa más limpia que la de la calavera, pero esa, fumen o no fumen, la van a llevar todos Vds. también.
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