He tenido un susto, bastante sangriento, que luego se ha quedado en casi nada, y me he pasado unos entrañables días disfrutando del comodísimo catéter y los dobles picotazos diarios para sacarme muestras de sangre, del delicioso caldo de verduras y el café con leche aguado y, cómo no: Fumando a escondidas por la ventana de mi habitación. Quizá en los próximos días se lo cuente con más detalle, quizá no, el caso es que no hay mejor momento para echar mano al carpetón de las Grandes Viñetas y sacar un puñado de cromos referentes a la ciencia médica, el jeringazo y al olor a hospital. Ya saben, hagan click para ampliar donde Vds. gusten y cuiden su salud, dinero y amor si es que aún los tienen. Ya no lloro más, vamos que nos vamos:
P.S:
2 comentarios:
¿Aguado del de que necesitas llenar una taza mediana par sacarle algún efecto?
Te entiendo perfectamente. En la resi tengo que desayunar eso cada dos por tres. De hecho creo que me voy a pasar al té de tres bolsas.
Del mismo: Se oía a Juan Valdez llorar de rabia por los pasillos como un alma en pena, pobrecito...
¡Muchos ánimos Hielario!
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