Bla Bla Bla Goodbye Bla Bla Bla

viernes, 24 de septiembre de 2010

(Yo he venido a hablar de mis) Libros de artista amancebados



No soy vago, solamente soy un poco disperso. En mi caso la molicie siempre se ha chocado más pronto que tarde con el deseo o con la angustia (a veces tanto monta, monta tanto...), pero siendo tremendamente indisciplinado muchas cosas se posponen sine die, que no es lo mismo que perderse, que no es lo mismo que corromperse aunque tarden en fructificar. Cómo tengo últimamente, aún más, el poema Tabaquería de Álvaro de Campos (Fernando Pessoa) rondándome la cabeza...

Ni se imaginan la de artículos, además prometidos o sugeridos, que debo a la buena gente de Gamesajare (digo esto también porque sobre el E-book de artista deberían caer, o mejor dicho haber caído dos cosillas en esa casa de colores, aunque caer caerán.) e incluso a la gente de Café Cadáver (que parece que ha terminado por hacer honor a su nombre aunque espero confirmación oficial), los carpetones llenos de ideas que crían pelusas digitales muertos de risa, la media docena larga de entradas que arrastro para esta casa amancebada y además están los bigotes, las gafas y los cuernos que me gusta pintarrajear en los comics de otros.

Por ello me voy a poner hoy al día, iluso de mí, y voy a resucitar una de esas entradas casi perdidas, para que Vds. se aburran a su gusto. ¿El tema? los libros de artista, en concreto los míos. ¡Faltaría más!

El libro, como objeto, es una de mis pasiones. Yo ya había escrito, ilustrado y encuadernado su docena larga de libros de diferentes contenidos y formas, todos para otros tantos regalos de diversa intención (timeo danaos...) y, aunque me esté mal decirlo, un par resultaron verdaderas pequeñas joyas que fueron apreciadas y agradecidas en su justa medida. Dejemos ahí ese tema y corramos un tupido velo.

A finales de julio tuve la suerte de participar en un curso, encima gratuito, titulado "E-libros de artista" impartido por el rumboso Enrique Tomás (un saludo) y por la jotera Nerea López (un beso), bellas personas de las que uno siempre se alegra de conocer y frecuentar.

El curso fue breve, solamente 6 días, pero resulto ser muy intenso, interesante y muy revelador.

Para que Vds. se enteren, como yo me enteré en aquellos días, el libro de artista viene a ser una intervención artística basada en el soporte del libro. En esta intervención, el formato más clásico de libro, el códice (cuadernos de hojas atadas y encuadernadas en un soporte semi-rectangular) puede (y debe) transgredirse, su contenido, sea ilustración, narrativa o ambas, puede alterarse, e incluso puede ni estar hecho de papel o no ser ni siquiera un libro.

Un libro de artista tiene un valor propio, el valor de la obra de arte, y por lo tanto su contenido también puede tener relevancia o no tenerla en absoluto, llegando incluso a jugar con el lenguaje y la tipografía simplemente por su valor estético y no por su significado.

¿Todo es susceptible de convertirse en obra de arte? Pues sí. ¿Todo puede ser un libro de artista? También ¿Es eso malo? En absoluto. ¿Que eso lo hace su hijo de 6 años? ¡Enhorabuena!

Bien. Como ejemplo de libro de artista les quiero enseñar el bello "Cent Mille Milliards de Poèmes" (Cien mil millones de poemas) del enorme Raymond Queneau: Un "libro" que contiene cien mil millones de sonetos en apenas unas pocas páginas gracias al cálculo de probabilidad y unos inteligentes tijeretazos.


Haga click para ampliar si es miope o una persona seria.


Haga click para ampliar un rayo de sol, oh! oh! oh!

Por otro lado, en el reverso virtual, el "E-Book de artista" vendría a ser una aplicación de esas mismas disciplinas pero usándolas en el ámbito del libro electrónico, un mundo completamente nuevo y lleno de posibilidades que peca aún, según Enrique, de querer imitar demasiado el formato códice.

Les envío a Sountoys.net a "ver" In an unrelated sequence comes" para que se hagan una idea. A mí me parece una joya. Denle una oportunidad.

http://www.soundtoys.net/toys/cube

Y como guiño también les vuelvo a mostrar el libro de Queneau, adaptado a la reinante virtualidad actual. En este caso yo me quedo con el original de papel, pero tiene su gracia. Jueguen.

http://www.bevrowe.info/Queneau/QueneauRandom_v4.html



¡Pero yo he venido a hablar de mi(s) libro(s)
!

Durante esos días realizamos un ejercicio diario relacionado con un concepto. Un concepto que debíamos aplicar al formato de libro de artista y resolverlo con un prototipo a la mañana siguiente. Por supuesto también estaba el proyecto final, en el que yo (y creo que muchos también) estaba especialmente interesado desde el principio.

Sobre esos ejercicios diarios tratamos varios temas: Uno fue el paso tiempo, otro la acción etc.

De estos salvo personalmente dos, y por supuesto el proyecto final que paso a enseñarles sin ningún sonrojo.


-Número 1: Sin título.

En el ejercicio relativo a "representar la acción" parí lo siguiente:


Arte amancebado en estado purísimo y cromado...

No tiene título. La pieza metálica, que me parece una preciosidad, es parte del disipador de calor de un microprocesador. En esa pieza van insertadas pequeñas tarjetas con "órdenes" terminando por asemejar una especie de margarita industrial, una flor a deshojar parodiando ese juego infantil del "me quiere, no me quiere" e incluso una cierta reminiscencia de aquellos ordenadores que funcionaban con tarjetas perforadas.

La idea es que el espectador cogiera una tarjeta y realizara la acción indicada, o a modo de oráculo obtuviera una respuesta a alguna inquietud propia. Un juego.

En esas 51 tarjetas (las acabo de contar) se podía leer "órdenes" de todo tipo, como por ejemplo: Habla, desaprende, apiádate, envidia, salta, admira, inventa, folla, perdona, teme, calla, sufre, paga, ama, despelleja, respira, halaga, juega, acaricia, escapa, besa, silba, baila etc.


-Número 2: Comecocos.

Con el ejercicio relativo a "representar el ámbito digital en lo real" (en contraste con lo real en lo digital) terminé por parir "Comecocos".



Haga click para ampliar a Pac-Man.

En este libro pretendía representar al famoso Pacman, casi al modo de las maquetas y mapas anatómicos de antaño, y jugando con su nombre popular en España "el comecocos", decidí hacer una "radiografía", un psicoanálisis de estraperlo del simpático tragón amarillo. Nunca he sabido si se le dio ese nombre debido a que a veces puede comerse a los "cocos" (es decir, a los fantasmas), si las bolitas que debe tragar eran consideradas cocos en la época o si se le bautizó así por lo obsesivo y adictivo que puede llegar a ser, es decir, lo mucho "que puede llegar a comer el coco".

El libro tiene la forma de Pacman, o mejor dicho, es Pacman (vean la portada arriba), pero cuando lo abrimos en su interior nos encontramos con su mente.


Amplíe a su gusto y placer el laberinto del Ello.

Un universo interior obsesivo, plagado de laberintos, fantasmas y todo tipo de "comeduras de coco". La tragedia de un personaje que lleva a cuestas su propia condena aún cuando en teoría ha logrado "salir de la pantalla", "escapar de lo virtual", "salir del laberinto" etc. Desgraciadamente el laberinto y los fantasmas los lleva a cuestas, sugiriéndonos incluso que puede que no hayan existido y todo sea el producto de su mente enferma.


Haga click para ampliar el fantasmagórico mundo de Namco.

Este es un proyecto que quiero completar y realizar con más mimo, lo que ven es un prototipo hecho en unas pocas horas, mal recortado y en papel de mala calidad. Me gustaría trabajarlo mucho más, poner la portada y la contraportada de PVC amarillo, completarlo con unas 30 páginas etc.

Ahora estoy detrás de la pista de una imprenta con troqueladora, veamos en que termina este simpático juguete y si finalmente puedo realizar unas 30 copias para regalar a unos cuantos amigos. Les prometo que si alguna vez ve la luz sortearé uno de ellos en esta casa amancebada. Aunque el concurso posiblemente lo gane alguna señorita soltera, y sin compromiso, que duerma bien por las noches.


-Proyecto final: Men.

Yo tenía el ojo fijo en el proyecto final desde el principio. Quería realizar algo especial e íntimo, una especie de testamento, de diario a posteriori, con el que dar carpetazo y a la vez conservar partes de mi pasado.

Como bien me aconsejo Enrique, lo importante era aprender a dar el salto entre lo íntimo y privado a lo público, y establecer un enlace con el espectador del libro para que pueda sugerirle algo propio. Verbigracia: Uno puede realizar una paja mental gloriosa, preñada de sentido para uno mismo pero que nadie más pueda asomarse a ella. Gracias Enrique.

Con esas sabias palabras intenté mezclar los elementos de un puzle propio, con las piezas de un puzle común (y allí tanto Enrique como Nerea me echaron muchos cables) para realizar ese proyecto. De ahí el salto de lo personal y propio a lo plural y general (hombres).

Desde el principio tenía claro que quería un libro que se asemejara a algo orgánico, tanto en materiales como en forma, algo grande que pudiera también sugerir una forma humana

Las cubiertas son de un cartón rugoso y prensado, caprichosamente se me antoja un material muy parecido a la piel; ambas están cosidas con cuerda de embalar, un material que me encanta.


Haga click para ampliar si de la por ahí.

La idea de dejar con tanta soltura los cabos de las cuerdas era la de asemejar pelo o incluso venas y nervios (incluso en su cosido) para reforzar la imagen de algo orgánico.


Amplíe esta bellísima perspectiva del lomo deslomado.

Una de las gracias de algunos libros de artista, y de este también, es que no se sabe muy bien como abrirlo, como utilizarlo, y el lector/espectador debe encontrar la forma correcta de hacerlo, si es que la hay. En este caso la hay, al menos al principio. Aquí está.


Qué belleza, qué esplendor.

Abrimos el libro y por de pronto vemos el fuerte contraste entre el exterior y el interior, la piel y las tripas. Ahora vamos a empezar a diseccionar con el dedo los contenidos de este animal.

Lo primero que vemos es este antiguo grabado anatómico de la zona anal y peneana masculina y el título a su derecha: Men.

La imagen me gustó muchísimo porque se me antoja que de alguna manera lo fálico, aún despuntando, está como rodeado por una forma de vulva sugiriendo vagamente lo andrógino, precisamente por lo inseparable de tocar la feminidad cuando hablamos de la masculinidad, lo inseparable de acercarnos a un sexo para poder lograr entender al otro.


Hagan click para ampliar los misterios de la sexualidad.

A partir de esta portada interior hay dos cuadernillos, uno a la derecha y otro a la izquierda. El orden no es importante, de hecho, exceptuando esta primera "incisión", no hay orden alguno. Empezaré por el cuadernillo de la izquierda para exponerlo con claridad, pero cualquiera podría haber empezado a "leerlo" por la derecha o incluso hojearlo y saltar de una página a otra. Al gusto.



A continuación se lo muestro en su fálica verticalidad para que aprecien su tamaño, aunque éste, según dicen, no es importante, madre no hay más que una y a quien madruga Dios le ayuda. El tamaño del libro es 65 cm x 25 cm, no es precisamente un libro de bolsillo.


Erecciones literarias.

Empezando por la izquierda, la "primera" página está en blanco. Yo les diría que representa lo inaccesible y desconocido de nuestra condición pero la verdad es que no me acuerdo por qué se quedó en blanco (ya les he dicho que soy una persona dispersa). Posiblemente alguna idea no funcionó y así se quedó, o me recomendaron no cargar demasiado el libro, no lo recuerdo concretamente. Empezamos bien.


Hagan click para ampliar la respuesta a todos los misterios.

En la "segunda" página, ven que seguimos con las vísceras, nos encontramos con una composición de textos y cajas de textos vacías. Esos textos están rescatados de fragmentos de poemas, de cuando yo "era poeta", y a modo de ejemplo se pueden leer cosas como:

A falta de naufragio
te hiciste invierno, piedra y espanto.
A falta de noche te hiciste hambre.
A falta de sed fuiste leproso.
A falta de llamas te hiciste alcohol y bruma.
A falta de ensueño caíste
por fin fuiste naufragio.

Ya ven qué cosas tan amenas y entretenidas.


Hagan click para ampliar.

En la "tercera" página, muy divertida según mi parecer, tocamos algunos elementos sexuales, por no decir pornográficos: masturbación, penetraciones (tanto con objetos como con miembros viriles), incluso hay dos simpáticos muchachotes oliendo prendas femeninas etc.

La buena idea de la "explosión" sexual fue parida entre Nerea, Enrique y yo, e incluso si hubiera seguido sus consejos habría aparecido una bella foto de mi miembro, que no es gran cosa pero le tengo mucho cariño por los servicios prestados, y hasta el testimonio a través de ciertas manchas de una eyaculación propia. Ahora me arrepiento de haber sentido recato y no haber seguido su idea, en fin, una verdadera pena.

Como ven la mujer aparece despedazada, hay senos, coños, piernas y bocas pero nunca una mujer entera, completa; al fin y al cabo estamos aún indagando en la sexualidad más profunda de una hipotética psique masculina, por lo que los objetos de deseo son extremadamente concretos y a la vez extremadamente fantasmagórico en este juego de sombrar. Aquí sólo hay carne en su forma más explícita y hard pero también en su vertiente más ridícula y triste.


Hagan click para ampliar si son mayores de 18 años.

Aquí vemos un detalle de la página.


Hagan click para ampliar si son mayores de 18 años.

En la "última" página de este cuadernillo, saltamos de lo exclusivamente pornográfico a lo afectivo, sentimental y también sexual, y nos encontramos con una composición de "mis mujeres". En este caso la fragmentación se acerca al mundo del recuerdo, y la memoria se compara con un álbum vital hecho de pedazos, gestos y detalles.

Por cada detalle (aún cuando hay alguna foto repetida) les puedo dar un nombre:
Hay ex-novias, hay amores fallidos, hay algún suspiro platónico, alguna amiga con "derecho a roce". Lo real y lo fantasmagórico, el recuerdo de momentos de alegría, la fantasía y hasta el reproche de lo que pude ser y no fue, se mezclan; en este collage la imagen de "lo femenino" está compuesto por una amalgama de elementos nacida de la experiencia propia e intransferible que siempre está hecha, tomen nota, de presencias y de ausencias. Tanto monta, monta tanto de nuevo.

Esta es mi página favorita y la más personal.


Hagan click para ampliar.

Habiendo terminado el cuadernillo izquierdo, volvamos a la portada y empecemos con el cuadernillo derecho.


No amplíen, esto ya deberían haberlo visto.

Aquí tenemos la "primera" página del cuadernillo derecho: Dos grabados unidos por un mechón de pelo.


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Este mechón de pelo azul fue un regalo de una mujer muy querida. Este me parecía el lugar más apropiado para conservarlo en lugar del libro de Egon Schiele donde estaba. Vean el detalle.


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En la "segunda" página nos encontramos con esto. Este bellísimo ojo (ya incluido en el otro cuadernillo) ampliado y pixelado me pareció que creaba un efecto precioso y una imagen muy potente, había que incluirla como fuera. Puede ser el espejo de la mirada femenina, puede ser el Ego, puede ser tantas cosas...


Hagan click para ampliar a la gran hermana.

En la "tercera" página nos encontramos con una metáfora del tiempo y de la muerte. Desde el principio quería incluir algún detalle plegado que al abrirlo, al modo de los libros infantiles, sobresaliera y sorprendiera al espectador.


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En este detalle pueden ver el efecto. Ese hueso, ese esqueleto, esa mandíbula pertenece a una vieja radiografía propia y el tiempo pretende representarse a través de esas diapositivas veladas. Vean como pasamos del blanco al negro en pocos pedazos de película. Del nacimiento a la muerte si se quiere.


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En la última página del cuadernillo derecho, y con esto terminamos (gracias por llegar hasta aquí, visítenos cuando guste, no se amontonen en la salida, se admiten propinas etc.) nos encontramos con más grabados de tendones y músculos. En este caso la carne está codificada, encerrada, por ese enorme código de barras que a la vez que aporta identidad también delimita y encierra.

El código de barras (si se quiere aquí metáfora del cromosoma XY, de testosterona y hasta de educación recibida) es obra y regalo de Nerea. Ella nos dijo que esa codificación tenía un sentido muy íntimo y especial para ella. Lo intentamos descubrir pero ni en dos días de "interrogatorios" logramos que soltara prenda. Queda la anécdota para el recuerdo y queda para el misterio.

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