Bla Bla Bla Goodbye Bla Bla Bla

sábado, 16 de mayo de 2009

Manual de la mente de Paco Alcázar: !Emperador!.



El bueno de Samuel Beckett nunca perdió la sana costumbre, cuando le daba la venada, de pasar unos cuantos días, y hasta varias semanas, mirando al techo situado sobre su cama, un hombre de ese humanismo y calidad humana ya se merece todo mi respeto y admiración; si encima cuando la chocholoco de Peggy Guggenheim (que trotó lo suyo contagiando sus ladillas a media Europa), después de un polvete rápido a la hora de la merienda le espetó que "no perdiera el tiempo y escribiera, escribiera, escribiera", Beckett le contestó "que se fuera a la mierda, se preocupara de comprar sus cuadritos y lo dejara en paz de una santa vez",de la admiración y el respeto saltamos a indagar en el pensamiento tan interesante de este señor.

Por eso no dan el Nobel a cualquiera, como lo sabía Gandhi y lo saben Bono o Bill Gates, que si lo quieren añadir a sus colecciones de trofeos de caza les piden realizar un desembolso desorbitante para intentar que se les pase el capricho; una cantidad tan jugosa como el montante que soltaron en su día Al Gore, Camilo josé Cela o Teresa de Calcuta. ¿Por qué se creen que los pobres nunca reciben premios, si acaso accésits o un par de porrazos en los riñones?.

Cuando empecé a leer sus obras me encontré con que me desazonaba intensamente y me transmitían un malestar intimo particularmente extraño; Y es que a ciertas edades, con ciertos calores y a ciertas temperaturas espirituales es mejor no mirarse en algunos espejos, ni catar ciertos venenos, a menos que se sea un masoquista "letraherido", se tenga algún complejo cultural de esos tan comunes desde que Ramoncín los inventó o se prefiera leer el hermético y pedregoso "Manchas en el silencio" antes que cualquier tontuna gilipollesca como "El niño con el pijama a rallas". Métanme en los tres sacos si les hace ilusión y quédense a gusto, a mi me la trae floja; la moraleja de toda la historia es que "es mejor sacar agua de pedruscos que estar todo el día chupando caramelos": Con cuatro frases así y unas cuantas fotografías les escribo un manual de autoayuda de quitar el hipo y de paso me hago millonario. Me lo voy a pensar seriamente.


Peggy Guggenheim (con sombrero) y Samuel Beckett.

Sin embargo, con el paso del tiempo y el trote entre sus letras, fui viendo el terrible humor negro presente en toda su obra, obra que no tiene ni una sola lágrima pero que oculta más de una carcajada bastante siniestra: Estoy convencido de que Beckett se reía a carcajadas pariendo algunos de sus personajes y es que el que fue quizá el mayor experto a la hora de apuntar algunas de las putaditas y terribles bromas pesadas que sufrimos en nuestra carne y en nuestro lenguaje, amén del absurdo de todo, de humor debía saber lo suyo.

Todo lo contrario, y en mayor brevedad de tiempo, me pasó con la obra del maestro Paco Alcázar (pueden ver su Blog aquí).


¿Visita Silvio al parado amancebado?...

No puedo (ni quiero) quitarme la sonrisa de la cara, ni reprimir la espontanea carcajada que me asalta cada vez que leo sus monstruosidades envenenadas, verdaderas tratados sociológicos modernos, manuales de uso y abuso de la perturbación, la violencia y la locura cotidiana.

Pero el mal sabor de boca que me deja, es curiosamente intenso, y es que acercando la lupa a su aparente sentido del humor tan obvio, se pueden ver unas sombras siniestras, unos dramas humanos, un desfile de espejos en el que cualquier lector más temprano que más tarde (si no es excesivamente imbécil) se verá representado, para su sufrimiento si no está acostumbrado a cambiarse de gafas (generalmente gafas de pasta...) o para su enriquecimiento espiritual si ya sabe de los pozos que nos acompañan a todos y cada uno de los mortales.


El señor Paco Alcázar: Hombre de su tiempo, y de su taza.

Como ya deberían saber, o al menos intuir, el Señor Alcázar es muy querido y admirado en esta casa, y hacía mucho tiempo que quería recomendarles su magistral obra y escribir algo, bastante menos magistral, sobre el tema; pero he tenido a bien esperar, especialmente durante el último mes y medio, a que "mi" librería recibiera mi pedido para tener dos de sus grandes obras entre mis manos y refrescar la memoria y la sonrisa.

Esperar tanto tiempo a que llegue la insulina a la farmacia, las salchichas chisparritas al supermercado o las piezas de recambio del pulmón mecánico a la ortopedia, debe ser ciertamente sangrante y doloroso (me imagino, me imagino...); pero esperar unas pocas semanas por apoyar al pequeño empresario barriobajero (¡Abajo la FNAC!) habiendo crecido sin internet, como cualquier persona decente y estar acostumbrado a la espera del pedido, no es especialmente traumático y debo decir que me siento orgulloso de apoyar la economia nacional y la obra de los autores de comic españoles. Con la depresión que arrastro desde que me di cuenta de que llevo dos años haciendo el panoli necesito levantarme el ánimo con cualquier excusa, eso o la secta, o el manual de autoayuda, que ya sin duda alguna voy a empezar a escribir.


Viñetas que duelen... ¡Auch!, ¡Ay!, ¡Oy!.

Estos dos monumentos al humor más envenenado, y no por eso menos saludable (farmaceútico prácticamente) son los siguientes; a saber:

-"Manual de mi mente":


¿Ven qué triste es ser pobre y no tener un scanner ni una cámara fotográfica decente?

"Manual de mi mente" es un álbum recopilatorio. En él se recogen multitud de historietas (¡pero que palabra más preciosa!) y tiras publicadas a lo ancho y largo del tiempo (algo más de una década) y del espacio sideral (Víbora, Recto, El manglar etc.).

Todo un tractatus de la evolución de la polifacética obra del autor, del que por fin he logrado entender algunas de sus tiras dispersas entre mis papelotes ("Todo está perdido" y se agradece poder...), y darme cuenta de que encima es también el autor de algunas que yo sospechaba de un estilo similar pero realizadas por diferentes autores (me gusta el comic pero no la mitomanía...). Una guasa.


Mejor pasemos a pedir prestado por Google...

En este hermoso y regordete volumen, hermoso por mimado y regordete por sus 160 páginas, nos encontramos con las delirantes tiras de "Todo está perdido" en que espías interplanetarios con doble pene, vaginas parlantes, alucinaciones domésticas, un continuo envío postal de una nariz y dos dedos, un sangriento accidente de carretera eterno y un edificio que fagocita la personalidad de sus nuevos inquilinos son un desfile del humor más negro y más hermético de la obra de Alcázar.

Muy parecidas, en cuanto a negrura, a estas viñetas que yo juraría haber visto también en algún Tmeo, y que leo que empezaron en el fanzine Zineshok de Balagueró.


Hagan Click para ampliar si están cachondos.

Y hablando de Balagueró...


Balagueró, R.E.C, Silvio José...

La segunda parte del álbum recoge la hilarante colección "Mecanismo Blanco", germen del que más tarde Alcázar pariría el mundo de Silvio José y en el que vemos una coral de personajes unidos en la desgracia "unos contra otros", siempre a cuchillo, algo también muy "Silviano"...


Hagan click para ampliar porque merece la pena.

Un mundo, posiblemente redondo, en el que los neurocirujanos sacan un sobresueldo necesario trabajando en humillantes pizzerías y hamburgueserías o de barrenderos municipales (¿Es Alcázar un visionario? sin duda...), como el Doctor Lázaro, el protagonista, y donde las humillaciones, las venganzas, los odios a muerte y las palizas son el pan nuestro de cada día. Una delicia para los sentidos.

Mención especial merecen los simpatiquísimos extraterrestres ("más humanos que humanos") del planeta Costrocón que viven en las narices de las personas, al menos en la del sufrido neurocirujano Somoza al que nadie cree.

Estos extraterrestres, que a mi me gustan especialmente, gozaron de obra propia/paralela bajo el título de "Antes del desastre", donde la delirante colonia de "nabucodonosorcitos" de Costrocón arrastran una vida infernal con el único sueño de lograr escapar de ese lugar inmundo en el que malviven y llegar por fin a la tierra, planeta al que en primer lugar "deberían haber llegado" y que saben poblado por "unicerebrales idiotizados"...


Hagan click para ampliar antes del desastre...

Los "Costroconitas" están incluidos en la tercera parte del álbum: "Bolsas de basura perfumadas": Un popurrí delicioso de ilustraciones e historietas.

Este es un volumen imprescindible para el que le guste mover la mandíbula, sin necesidad de ataques epilépticos ni pastillas, y en el que vemos la evolución de su obra y también cómo toda ella no sólo comparte padre sino mundo, un mundo en el que los personajes que lo pueblan se cruzan y hacen la vida imposible unos a otros, no por maldad sino porque es la única vida posible.

Pueden adquirirlo en su quiosquero habitual, si no tienen mucha prisa como yo, servicios de emergencias psiquiátricas o a través de La casa del libro aquí mismo. Por si acaso manténgalo fuera del alcance de los niños para evitar desgracias.


-Silvio José Emperador:


Hagan click para disfrutar de los truquitos de Silvio, ¡Grácias Internet!.

Silvio José es su personaje más famoso y popular, las hazañas domésticas de este personaje están emparentadas con Toole, Buñuel, Beckett, Lynch y hasta Corín Tellado, entre muchos otros.

La obra coral Silvio José, publicada actualmente en la revista El Jueves, es una comedia (negra) de costumbres (psicopatológicas):

Un brillante compendio de miserias, personajes condenados a hacerse la vida imposible unos a otros, locura, cinismo, cobardía, obsesiones, miedos, alucinaciones y jaimitadas constantes. Pueden leer estas historietas o ver cualquier telediario sensacionalista que podrán ver casi lo mismo, pero a los periodistas les falta el arte y el salero (y sobretodo el cariño por sus personajes) de Alcázar para mostrarnos la monstruosidad que oculta lo cotidiano y levantar las rocas de las que salen los bichos más feos y más hilarantes.

Es por ello que a sus personajes se les quiere y se les disfruta a su propio riesgo y responsabilidad, porque son muy peligrosos. Una obra que habría que repartir gratis en los colegios como aviso a la juventud de los peligros y trampas de la existencia, o precisamente todo lo contrario.



Silvio José Pereda es un adolescente de 45 años, parado de larga duración y amancebado (¡hermano!), que vive (recluido) con su padre jubilado al que tiene esclavizado, mientras pasa los días viendo películas de Steven Seagal y jugando a fabulosos videojuegos de la Segunda Guerra Mundial (Raiserkommandos, Stalingrado 1943, Matando a Hitler 3, Desembarco en Normandía 7, Lío en el frente ruso 9...), además de estar constantemente ideando todo tipo de locuras para mejorar su calidad de vida mientras hunde la de los demás en la miseria.

En otro orden de cosas su mujer ideal es una pelirroja de metro noventa, con los brazos cortos, los tobillos anchos y, por supuesto, con gorra. ¡Anda que no sabe Silvio!.


Silvio José disfrazado de "joven"...

Silvio José es un cínico terrible, miente, manipula y esclaviza a los demás, pero sólo en la medida en que se miente y se esclaviza a sí mismo. Silvio es el verdugo de la sanidad mental de muchos de los que le rodean pero es también la primera víctima de sí mismo. Su "Ley de Silvio: Si yo sufro, tú sufres", apunta bien hacía donde se mueve este monstruo de la naturaleza que todos llevamos dentro.


Hagan click para contemplar la delicadeza de la "casi primera vez"...


Un padre u otro da lo mismo: todos son viejos.

Pero cómo ha llegado un ser humano a convertirse "solamente" en un Silvio... ¡chí lo sa!. El propio autor hace conjeturas para explicar su personaje, que parece tener vida propia y autónoma, a pesar de que hasta ahora, que nosotros sepamos, no se ha dibujado las historietas a sí mismo, seguramente por vagancia.

¿Es la concentrada patología de Silvio el fruto de un terrible encontronazo con el mundo y su posterior crisis (que dura 30 años...) el resultado de ver sus sueños de nuevo-romántico y sus ínfulas musicales rotas en pedazos?...


Hagan click para ampliar este drama neo-romántico...

Es posible que no sea tanto un problema de desilusión traumática (¿esas era lágrimas auténticas o eran lágrimas de cocodrilo?) o de rencor convertido en misantropía y "sociofobia", como de pura vagancia crónica, de hábitos malsanos y de una terrible alimentación completamente adulterada...


La ilustración de la hambruna moderna.

Porque otra cosa no, pero Silvio, como buen niño con bigote, es afecto a la repetición, al programa y todo lo que le sugiera cambio le produce un espanto que inmediatamente camufla de desprecio y de moralidad "silviana" que siempre está cuajada de sinsentidos.


Digan lo que digan es la cena ideal.

El problema es que las salchicas Chisparritas (que deben estar deliciosas pero no se venden en ningún supermercado sin receta médica, yo ya he preguntado...) están llenas a rebosar de nerviocaína, que al parecer causa adicción en menores de 10 años...


Uno de los ingredientes está muy bueno...

Llegar a saber si Silvio (y su cohorte de sociopatas) es una víctima o un verdugo no nos queda del todo claro, para nuestro gozo y placer, y es que quizá sea las dos cosas y mucho mejor para nosotros no vaya a ser que encuentre trabajo, abandone su sociofobia y su actitud castradora y nos llegue a faltar algún día.

Como esas intoxicantes magdalenas Fernández y su mensaje de que quiza sólo nos separa de la monstruosidad, la crueldad y la locura un inocente desayuno o una merienda... brillante.


Hagan click para ampliar el horror que las magdalenas Fernández provocan.

Y es que esa condena, pero también su posibilidad de "salvación" está presente continuamente en toda la obra de Silvio. Por ejemplo Federico (del que hablaremos después) también tuvo su oportunidad de redención y "caída" en la "normalidad" gracias a un nuevo Geyperman de la suerte: El Agente Peloso, un muñeco guardia civil.


Agente Peloso, muerto por la patria y la salud mental.

El mayor damnificado de los humores negros de Silvio es su pobre padre, Nicolas, que vive maltratado y esclavizado por los caprichos de su hijo y sus ideas de bombero.



Nicolás es adicto a los cursos baile, de hip-hop, de cocina, y de cualquier cosa que le permita dejar de ver al "divino emperador" durante unas horas.

Pero en ese mundo hecho de Chisparritas y deseadas pelirojas con gorra no hay nadie normal, no hay nadie inocente; y su padre, tan pusilánime como cobarde comparte también su carrusel de miserias con el resto de sus espeluznantes habitantes.



Un pobre jubilado que por su propia cobardía está condenado al esclavismo y a la servidumbre familiar constante, con todo lo que ello conlleva como descubrir "zulos onanistas"...



O perder cualquier amistad, vínculo social y hasta algunas conquistas amorosas en cuanto entran en contacto con su terrible hijo. Vean el caso del alemán Lothar, gran viñeta que se debería conservar en la Biblioteca Nacional por su feroz, pero veraz, retrato de nuestro país.


Lothar, que gran historieta... ¡morid hijos de puta!.

Llegando hasta a sufrir todo tipo de violencia y humillaciones a manos de su hijo, tan crueles como gratuitas excepto en aquellas en que busca un sueldo, que nunca ganará, a su costa.



Pero padre e hijo comparten mundo y vivencias con un grupo de individuos, a cual más trastornado que muchas veces comparten un protagonismo muy merecido.

Por ejemplo, tengo un especial cariño por Federico, el único enfermo mental declarado de todo el grupo, de su Geyperman de la suerte (este es su Silvio particular y portátil...) y su alegría, su simpatía y su ingenuidad crónica.



Un pobre desgraciado con condena doble: por un lado su "amigo" Silvio, por el otro su Geyperman de la suerte, y encima con un padre empresario casado con una chica de 19 años que no le deja que la llame "mamá". Tan enternecedor como peligroso, ya les he avisado que a estos personajes se les quiere a su propio riesgo.



Otro más que es especialmente interesante es Sebastián Cubero, un profesor de autoescuela que escribe poesía infantil terrorífica, es un doble total de Hitler que se desplaza por las alcantarillas y túneles de metro de la ciudad porque odia los coches y el trafico.


El hundimiento...

Un pobre hombre mucho más cercano a la figura de víctima, aunque no le falte su grado de verdugo, que el resto de sus compañeros de correrías, que sólo desea ser feliz, ponerse "casi" normal y lograr acabar sus entrañables poemas sin la coletilla "martillazos en la cabeza, martillazos en la cabeza, martillazos en la cabeza"...


Triciclo en llamas... una de las mejores historietas de Silvio José.

También aparece de vez en cuando la estupenda madre de Silvio: Roberta, mujer tan enérgica como volátil, de crisis y "fases vitales" tan vertiginosas como instantáneas, lunática hasta las mollejas; todo un retrato de la angustia y las pasiones más descolocadas y los biorritmos más pardos.




Fases sexuales de Roberta.

O el terrorífico hermanastro de Silvio, por parte de madre, Gaspar Müller, un hombre hundido constantemente en todo tipo de problemas y tan ciego, desesperado y agonista que constantemente busca ayuda en su terrible familia, con resultados obvios.


No le quedan bien, no le quedan bien...


¡Ahora entiendo porque los vegetarianos están contra los zoos!

Me encantaría poder comprarme un pijama amarillo con topos lila y buscarme la ruina definitiva pero no me atrevo, y no sé si es porque me faltan cojones, suficiente cinismo o un amigo con un Geyperman de la suerte que le hable; pero espero no saberlo nunca, toquemos madera... aunque todos seamos un poco Silvio José Pereda, a nuestro pesar y para desgracia de los demás, es mejor no jugar con fuego.

Consigan sin falta, y mejor hoy que mañana, el estupendo Silvio José Emperador lo pueden pedir en cualquier club de rol, oficina del Inem, librería de barrio o en La casa del libro aqui.

La vez que entré a comprobar el comic me aparecieron unas sugerencias de "combinaciones" tan deliciosas que no me quedó más remedio que hacer una captura.


Hagan click y clak para ampliar

P.S:

Les recomiendo que vean la siguiente entrevista al autor, breve pero muy interesante:



A mi me encantan esos gabinetes blancos; pero lo importante es ver la sobrecogedora metamorfosis que sufre al desempeñar su otra vena artística: la musical.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

has hecho un gran trabajo en este post, la gente que no te contesta obviamente es retrasada mental.

En compensacion a mi comentatio te agradeceré que me envies TODAS las viñetas de silvio josé escaneadas a gran tamaño a mi mail chiparritas@hotmail.es

saludos cordiales

Anónimo dijo...

Muy buen resumen. Desde que descubrí el jueves siempre que lo compro Silvio José el de lo primero que me leo.

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