"Ayer decía yo a mis amigos que hay tres acontecimientos en mi carrera: mi nacimiento, la renuncia al tabaco y mi muerte.
Puedo decir que hay dos periodos en mi vida: antes y después haber dejado de fumar. Antes, treinta años de nicotina, fiebre, de "inspiración"; después, desintoxicación y, por tanto, esterilidad. Hace seis años que fumé mi último cigarrillo. Desde entonces ya no puedo escribir sino con esfuerzo, deliberación, repugnancia.
Durante cinco años, antes de dejar de fumar, luché diariamente contra esa esclavitud que había llegado a ser para mí el cigarrillo. ¡Tres cajetillas al día! Ya no podía más. La primera vez que lo dejé duro cinco meses, durante los cuales me consideré el último de los hombres.
Desde que dejé de fumar, me siento completamente decaído, pero ¡libre!! Y, cuando me desprecio, me digo que pude abandonar el placer mayor que experimentaba en este mundo: encender un cigarrillo. Es el único triunfo verdadero sobre mí mismo, mi única victoria.
Prueba irrefutable de que estoy totalmente desintoxicado: una noche, en un sueño, estaba fumando. Al instante me desperté con sensación de asco."
E.M Cioran. Cuadernos 1957-1972.
Yo sigo fumando; Vds. hagan lo que quieran, incluido click para ampliar las viñetas.
2 comentarios:
lo malo no es el tabaco, son las porquerías que los cigarrillos llevan junto al tabaco. Pero nadie habla de ello.
Pues sí Hielario: Nunca tantos han fumado tanto, y además tan mal. El cigarrillo industrial, del que soy tan adicto, es al buen fumar lo que las hamburguesas de Mc.Donals a la gastromía.
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